El recorrido empieza en la estación del Metro, esa, de la que veo salir y entrar tantas personas. Algunos esperan en las escaleras, esperan sus amigos, sus padres, algún conocido, y seguro otros esperan el amor o la muerte. De ellos, ninguno me llama la atención, son simples.
Continúo, sabiendo que donde estaba, no iba a encontrarlos, continúo hasta toparme con el primero de ellos.
Es tarde, tiene mucha prisa, mucha. Lo agobia esa sensación, la de llegar con retraso, la odia. Debería haber llegado antes de las 9:00pm. Son las 9:00pm, es muy tarde! Cruza la carrera 70 pasando al lado del sitio de los pasteles, si aún fuera temprano, podría hacer la parada de rigor. Pero no, el sabe como usted, que es tarde.
Piensa ahora en que no puede depender de las máquinas para despertar, tal vez compre un gallo o un loro, con el entrenamiento correcto uno de esos animales puede despertarlo sin los problemas de batería de las maquinas. Aún está furioso, qué probabilidades hay de que sus tres relojes no funcionen!? Duerme durante el día, porque en las noches no puede hacerlo.
El carro frena en seco, él no se sobresalta. Ahí lo descubrí, él era uno de ellos. Un tipo raro, de los indefinibles, de los que si te piden una descripción, hablas de su ropa o su pelo, porque el idioma aun no ha evolucionado tanto como para describir una cara como esa. Ellos eran los que me importaban, los indefinibles.
Sigue pensando, totalmente distraído, oye la bocina y ve el Reanult casi sobre él, no le importa, sigue adelante, ignora los gritos del conductor, lo ignora todo, le da igual si lo miran o no, se siente como mas le gusta sentirse, solo en una ciudad de tres millones de habitantes.
Cada minuto hace que sea mas tarde: las 9:02 pm y el camino es largo.
Pero cree que lo logrará. Se ve una expresión heroica en su rostro, sus sentimientos han cambiado, ahora ve todo como un reto. Es emocionante ir tarde, la oposición lo hace todo mas seductor, recuerda su infancia, cuando veía Batman en televisión, recuerda las preguntas antes de ir al corte, el suspenso, ¿logrará Batman salvar a ciudad gótica de las garras de guasón? ¿Logrará Robin escapar de un baño seguro en ácido? Recuerda y se ríe.
Acelera el paso, sabe que si falla, todos estos años quedarían perdidos. Se vuelve a preocupar, y vuelve a pensar el lo del loro. Cada vez le parece mejor idea.
Ella despierta.
Es temprano, aun falta un rato para las 8:00 am. Siente hambre, no suele despertar con hambre. Pero recuerda que el día anterior había matado el conejo para hacer un rico guiso del que todavía quedaba un poco. Lo saca de la nevera, lo vierte en una olla y lo pone sobre la estufa ya caliente. Termina de comer. Ya no es temprano. Así que se baña, se viste, y sale a trabajar. Son las 9:00 am, así que debe apresurarse, aunque vive cerca de la pastelería, es importante ser cumplida, eso fue lo único que aprendió de su padre, quién siempre era cumplido a la hora de violarla, siempre, todos los días a las 9:00 pm, se metía entre sus sábanas.
Sigue acelerando el paso, vuelve a estar preocupado, ahora hasta el punto de sentir que debe correr. Lo hace, no lo va a lograr. Sólo faltan un par de cuadras. Corre con todas sus fuerzas, corre esperando que la labor de los últimos años no se pierda, corre queriendo elevarse del suelo e ir más rápido. Al fondo, ve la casa. Una oleada del más suave sentimiento baña su cuerpo, se siente aliviado. Las luces están apagadas, aún no ha llegado. A las 9:06 ya está adentro. Es fácil entrar, sólo debe saltar el muro que comunica al patio y bajar por la escalera que pareciera puesta ahí solo para él. Se desliza rápidamente dentro de la habitación y toma su lugar bajo las sábanas. Pensando que lo había logrado, que nunca fallaría.
Su turno en la pastelería termina a las 9:00 pm, pero ella siempre espera que él pase para ir a su casa, incluso cuando la dejan salir temprano, ella siempre espera verlo pasar. A veces, cuando está temprano el para a comer algo. Ella se encarga de atenderlo, él, no la reconoce, todas las noches, cuando la viola como lo hacía su padre, la luz está apagada. Pero ella sabe que es él. No lo ha visto, pero reconoce su olor. Hoy, él tardó un poco mas de lo esperado. Pasó justo a las 9:00 al lado de la pastelería.
Me sorprendió verlo subir el muro. Era la casa de Ella. Yo la conocía, solía decirle la solitaria. Al parecer, no lo era tanto. Era una indefinible, como él. Sin embargo, sabía que su niñez no había sido fácil, y que cómo para él la felicidad era la soledad entre la gente.
Unos minutos después la vi. No puedo decir que es una mujer bonita, no puedo decir que es fea, ni gorda, ni flaca, es indefinible, nada mas.
Ella llega unos minutos después, se ve cansada, pero feliz de llegar y ser violada, como todos los días de su vida desde que tenía diez años.
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