El cielo pesa. Las aves son fieras desatadas y un viento acomoda al azar plumas sin dueño. La rutina desnuda su cobardía, la magia yace herida en algún lado. Un suspiro se empantana sin promesa ni nostalgia. © Cristina Chaca
Texto agregado el 23-11-2005, y leído por 239 visitantes. (19 votos)