Tarde.
Comienza el día después de las tres
Y ya no hay mañana somnolienta
El cóndor se atragantó con la carroña
Y fui yo quien tosió escombros
Estoy temblando en el sol
Obligándome a escupir la sombra
Que se burla de mi evaporada sonrisa
Sé que es tarde
Para la búsqueda incesante
de cuerpos celestes
y abanicos de pétalos lisos.
Toda la bruma se conecta
con la desazón de los menesteres
resulta la inercia indispensable
para mover la boca
y culpar a la escoria derretida
por saber a vida alguna vez
líquido inmenso de dolores
arrecife dormido de salidas
todas mis plumas
se han quedado calvas
estoy inexorablemente
desplazada del cielo
y es tarde para corazonadas
la perforación del alma
ha secado
habrá otro ojal donde pase el tiempo
con hilo vetusto
ahora ya es tarde
para prender velas
y quemar el musgo de mis labios
soplar la tiza de mis alas
y barrer el resto de tu pecho carcomido
la primavera está dura
llena de escoleosis
y pétalos con parkinson
tarde se le hizo a la belleza
a mi entrega dormida
ahora sólo queda esconder la frente
entre los vestigios
y enterrarme las falanges
en las sienes
sentir el ardor ácido
de las cápsulas cristalinas de mis lágrimas.
Texto agregado el 23-11-2005, y leído por 170
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