Fué una tarde cualquiera
calzando la bota é potro
y con estribo é botón
me metí como chambón
usando montura de otro
en medio é la viscachera.
Galopiando en la llanura
a la siga de un ternero
el pingo no vió el agujero
y fué a dar la osamenta
del gaucho que le comenta
contra esa tierra tan dura.
Quedé mal en la parada
y escuche lo que le digo:
Era el pingo de un amigo
y me lo dió en la ocación
pa que ayude este varón
en tiempo de señalada.
Como el pingo era prestáo
después de tal revolcón,
lejos de darme atención,
se levantó en el momento
y se piantó como el viento
dejándome al descampáo.
Si no sabe, yo le cuento
que la bota é potro no es
para pisar con los piés
donde abundan las espinas.
Yo lo hice, y se imagina
cómo pasé ese momento.
Pero aprendí la lección: Con caballos y mujeres
para evitar padeceres,
no debe montarse ajeno.
Pienso que estuvo bueno
que diera aquél revolcón.
Que no me lo diga otro
¡ como si no lo supiera !
que no es para cualquiera
calzarse la bota é potro.
ergo
Texto agregado el 22-11-2005, y leído por 544
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Lectores Opinan
22-02-2010
no se si eres argentino o no pero como yo lo soy de verdad me agrado mucho lo que escribiste me recordó al martín fierro que es para nosotros la biblia criolla.
celesteblue
10-02-2008
buena comparacion..pero la bailado quien te lo quita...saludos guero
15-09-2007
Un revolcón y una buena lección para un gaucho picarón..
**** PeggyMen
02-02-2006
¿Sabés una cosa? He decidido leer uno de tus textos cada noche para irme a dormir con una sonrisa. Chau y 5* rumel