El genio de la botella

De las mil y una noches antioqueñas

II

El aprendiz de escritor frotó la lámpara mágica y ¡Oh maravilla bendito sea Dios y también Alá, porque es la cultura de Mahoma su profeta, la que se ha especializado en embotellar genios! de la botella verde carcomida por el moho, como una rosa que se abre en medio de una espuma rojiza, casi del mismo color del vino tinto que estaba tomando brotó un geniecillo algo miope que parecía querer esfumarse en una imagen al principio difusa, pero que se fue estabilizando con las primeras palabras, cuando le aseguró que se había leído toda la literatura oriental en los 5.000 años que llevaba preso en esa maldito botellón de vino, que entre otras cosas pertenecía a la segunda cosecha del emperador Ramses II, por cierto muy amigo de Moisés y que era del mismo talante del genio de la lámpara de Aladino, el de las mil y una noches, la única diferencia con el famoso personaje, era que estaba, no tanto para conceder deseos sino para dar sabias orientaciones.
-Pregúntame lo que quieras mi amo estoy a tus gratas órdenes.
-¿Cómo puedo convertirme en un genio de las letras?
-La literatura, mi amo tiene un 1% de genialidad y 99 de trabajo duro y cotidiano con las palabras.
-No te estoy pidiendo conceptos sino que respondes mi pregunta ¿cómo hago para volverme un genio de las letras?
-Todos los días al levantarte debes iniciar una aventura mágica por el mundo de las letras enfrentándote con el drama de llenar con contenido humano, que inclusive puede tener raíces fantásticas, una hoja en blanco.
-Eso ya la sé.
-Eres muy impaciente y no me dejaste finalizar, te iba a decir, que debes practicar.
-¿Practicar hasta cuándo?
-Hasta que te broten góticas de sangre por la frente.

William H Ramírez P

2005












































H asta que te broten góticas de sangre por la frente.

William H Ramírez P