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Ella sollozaba en silencio con las manos trémulas y el rostro desencajado mientras los presentes se conmovían de su dolor y de su belleza. Sus dedos entrelazados lanzaban una plegaria al gran crucifijo de la sala de audiencias, detrás del juez, y su acongojada y húmeda mirada demandaba con firmeza justicia.

Su indignación la hacía lastimarse las muñecas con las uñas y sangrarse los labios a punta de mordidas ante los cargos que le imputaban pues los acusadores la señalaban con vos enérgica y la culpaban de un hecho que le estaba desgarrando el alma de la tristeza y la indignación.

Desde la primera entrevista él se juró así mismo ir hasta el ultimo rincón del universo en búsqueda de justicia para ella. Señalo con ademán amenazante a aquellos calumniadores, puso el grito en el cielo ante una primera sentencia desfavorable a la que apeló con fiereza y se convirtió en el investigador y estudioso mas incansable de la ley pues buscaba con pasión y febrilidad de artista demostrar la inocencia de su patrocinada.
La defendió a capa y espada con el corazón mas palpitante que nunca y con toda la experiencia de sus años triunfales en litigios de joven e intachable abogado

A diario le pedía con la mayor cortesía y comprensión mas detalles de los hechos mientras ella le suplicaba justicia, indulgencia y piedad, muy a su pesar no podía esconder las lagrimas de angustia que le brotaban, ni mucho menos podía dejar de mirarlo a él como la única esperanza, como quien tiene un ángel de la guarda en carne y hueso dispuesto a recibir una bala por ella en carne y hueso también. Sentía una gran atracción.

Aquellas miradas eran reciprocas pues él la veía en un altar superior y le parecía intolerable saber que alguien se atreviera a acusarla; se convenció de su inocencia ante cada palabra y mirada suya y ante cada apretón delicado de manos que ella le daba en los ratos de mayor angustia; no pudo evitar sentirse embelesado por aquella fuerza tan impoluta y aquella firmeza encarnada apunto de caer en desgracia.

Así pasaron dos años de febriles amores...

Fue por aquella época donde el Código Penal empezó a importarle un carajo y las pruebas y testimonios mas verídicos, en contra, le sabían a pura infamia a pesar de haber reflexionado dolorosamente sobre todo, porque muy a su pesar la amó y la odió en secreto muy conciente ya de una terrible verdad, en sueños la amó, con la ley por delante, mientras se atormentaba pensando en la conducta inhumana que pueden tener algunos.

El día de la sentencia él estaba tan pálido como la muerte, con la mirada perdida dentro de si mismo y el alma en trance, su sufrimiento era evidente para todos los presentes en la sala; la frente llena de sudor y lívida, un dolor impregnado en la mirada como recitando una póstuma oración, además de una expresión y una postura de cuerpo que parecían de fantasma mientras ella era el ser mas dichoso y su rostro reflejaba una felicidad tan grande que transparentaba con la locura. La sentencia la absolvía de todos los cargos. Una mirada de burla lanzó al crucifijo que estaba por encima de la cabeza del juez.

Él recién tomaba conciencia de su complicidad y de lo horrendo que se sentía salvar de la cárcel a alguien que con toda la sangre fría del mundo había asesinado a cuchilladas a un esposo paralítico y ahogado en la tina a una pequeña hijastra.

Texto agregado el 22-11-2005, y leído por 476 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
25-03-2008 Muy bien Aramís. Un fuerte aplauso. (Si me permites, y contando con que entenderás mi atrevimiento y mi mejor intención: cuida el exceso de adjetivos) daywaskya
01-12-2005 Felicitaciones, buenisimo, excelente texto, gracias por invitarme, siempre es un placer leerte. Un beso y mil * arielariadna
24-11-2005 Me sumí en tu cuento,,, gracias por invitarme,,,Me gustó, de principio a fin... Abrazos... La_Pachamama
24-11-2005 el amor, el afecto intenso, no es buen consejero para llegar a la verdad. tu cuento esta escrito con buen gusto, no decae hasta que un o llega al desenlace... un abrazo... ruben sendero
22-11-2005 excelente el tema de tu cuento, atrae desde las primeras palabras, un gusto leerlo Mis estrellas india
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