Esto es asqueroso (NO ES PARA NIÑOS) - CAPITULO 4

Capitulo 4

Maria no podía creer lo que estaba viendo. La habitación estaba totalmente transformada. Ya no estaban las sabanas de seda ni las cortinas de colores que tanto le costaron elegir, tan siquiera estaban sus perfumes ni los cuadros en la pared que pintó con tanto cariño para él. Por no haber, no había ni cama. Le llevó un par de segundos recomponerse y respirando suavemente y profundamente dejó caer el bolso, dio media vuelta y se fue a la cocina. Mientras ponía agua a hervir abrió uno de los armarios, sacó un frasco de café, tres tazas y se sentó a la mesa con la cabeza entre las manos. Cuando el agua estuvo lista, preparó los tres cafés, los puso en una bandeja y regresó a la habitación.

“No hay nada como un buen café para charlar, ¿he?” les dijo a los dos mientras ponía la bandeja en el suelo y se sentaba frente a ella. “Porque supongo que eso es lo que estabais haciendo aquí los dos desnudos, ¿verdad Tim?” La respiración le faltaba pero tenía que controlar la situación, después de todo, estas cosas no ocurrían todos los días. “Sentaros aquí conmigo y ya de paso Tim, podrías presentarme a tu amigo, ¿no crees?” Les dijo.

Tim aún no se había puesto las ropas y seguía de pié desnudo ante ella. No entendía cómo había podido entrar Maria. Había cambiado la cerradura esa misma mañana y solo Mark y él tenían la llave. Mark tampoco llevaba nada puesto ya que se había dejado la ropa en el cuarto de baño. Con la mano guió a Mark para que se sentase junto a él en el suelo.

María les dio una taza a cada uno en silencio mientras miraba a Mark de arriba abajo. “Bueno, ¿a que esperas para presentarme a tu amigo?”

“Este es Mark, trabajamos juntos.” Contestó Tim.

“Ya veo” replicó María. “Desde luego habéis estado trabajando mucho quitando todo lo que había en la habitación, ¿dónde están las cortinas? ¿y la cama?, ¿dónde habéis metido la cama?”

“La cama desapareció” contestó Mark.

“Sí María, la cama y todo lo demás que estaba en la habitación desapareció. Veras…. Deja que te explique…” Dijo Tim mientras se levantaba. “Mejor será que empiece por el principio, ven al cuarto de baño.”

Tim se levantó sin pudor, no era la primera vez que Maria le veía desnudo, y se dirigió hacia una bolsa que había pasado inadvertida en una esquina. La abrió y con cuidado sacó un sobre. El sobre iba dirigido al Dr Rotz.

“¿Que haces con esa carta?” Le preguntó Maria al ver a quien iba dirigida. “No es tuya.”

“La recogí del trabajo, estaba en el suelo y la curiosidad pudo más que yo…. Mira, lee lo que pone.”
Maria no entendía nada. Dentro del sobre solo había un trozo de papel rasgado con una serie de números y letras. Sin duda, aquello era una formula de algún tipo. “O parte de una formula.” Se dijo Maria a si misma.

“Mira Tim, a mi no me vengas con historias. Aquí estáis tú y tu amigo… tu amigo…. Si, tu amigo Mark donde se supone que es nuestro nido de amor.”

“Pero Maria”, dijo Tim protestando, “esto es importante, es la formula que todos andan buscando en el laboratorio y la tengo yo. Podemos ser ricos.”

“¡Bah! Si fuese tan importante, no habría estado tirada en el suelo.”

“Perdone usted señorita”, interrumpió Mark, “pero yo vi como al profesor Rotz casi le da un infarto cuando se dio cuenta que le faltaba un papel.”

“¡Oh! ¡El profesor Rotz! A ese casi siempre le da un mini ataque cuando se le pierde algo. Se pasa la vida perdiendo cosas.”

Maria empezó a ponerse nerviosa y a perder la compostura. Ahora querían echarle la culpa al Sr Rotz.

“Ya me diréis que tiene que ver la carta esta con vosotros dos aquí desnudos en mi cuarto” le dijo mirándolos fríamente.

Mark estaba a punto de dar explicaciones cuando recibió un codazo de Tim en las costillas.

“Pues verás… queríamos probar la formula pero antes tuvimos que vaciar el apartamento y esterilizarlo todo para así evitar cualquier agente externo..”

“Y ¿habéis probado la formula?”

“No, no,” dijo Mark.

“Claro que no… nos lo hemos pensado mejor.”

Maria les miró a los dos fijamente y decidió que la estaban mintiendo. No podía probarlo pero resolvió pretender que ahí no había pasado nada.

“Bueno, entonces no hay nada de que preocuparse, aun deberíamos dar las gracias que las tazas y el café no desaparecieron.”

Como no había cama donde dormir a gusto y a pierna suelta, Maria les dijo que se marchaba a su casa y que ya le daría la sorpresa otro día.
“¿Qué sorpresa? Le preguntó Tim.

“No te lo puedo decir, las sorpresas no son sorpresas si son sorprendidas!”

Intrigado, Tim insistió. “Dame una pista, una letrita, algo… pliis” le dijo ya de rodillas ante ella.

“las sorpresas son dos. Exóticas las dos.” Y con la palabra aun en la boca salió del apartamento dejando a un desconsolado Tim detrás de ella mientras se dirigía de nuevo al ascensor.

El ascensor no tardó en llegar y cuando se abrieron las puertas se vió inmersa en una nube de color gris claro que llenaba el ascensor.

(855 words)

¿Qué la pasará ahora a la pobre Maria???

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