Conozco el amor mas puro,
aquel que dan las palabras más sinceras,
aquel que me hace cerrar los ojos
e imaginar perfeccion.
No he de creer en ataduras,
mas si en cadenas que unen por afectos.
Y nosotros, estuvimos unidos.
Ciertamente, he de afirmar que no sólo por amor,
sino también, porque aprendí a odiarte,
y desde entonces ocupas el doble de espacio dentro de mi corazón.
Es inexplicable todo lo que me haces sentir.
Me haces llorar y reir, sin sentido ni razón.
Me haces vivir,y morir diariamente.
Me provocas cicatrices inborrables en el cuerpo,
y dolorosas para el alma.
Me inundas en el elixir de tus labios.
Y ambos dejamos de respirar,
dependiendo el uno del otro,
en un encuentro de nuestras almas.
Para que luego, ni me reconozcas.
Y así me olvidas.
De nada vale, entonces,
desearte, o incluso recordarte.
Se empaña nuestro amor.
Recogo del piso, memorias y olvidos.
Los botastes antes de salir por aquella puerta.
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