Fue en la brisa brisa de la noche, caíste como gaviota dulce, en agua dulce. Yo me tiré a un suspiro de piernas elegantes, tú caíste y caíste desde el cielo errante. No nos veremos más solemne declaraste, pero el ave negra sabe, sabe que me amaste.
Texto agregado el 21-11-2005, y leído por 126 visitantes. (0 votos)