Estoy muerta para aquel mundo,
el cual esta idealizado por poetas,
y coloriado por pintores.
Soy invisible para sus ojos;
y se toma, entonces, la libertad de
insultarme, basurearme, arrastrarme,
y hacerme sentir el ser mas horrendo sobre la tierra.
Estoy muerta para el mundo,
y para todos aquellos que habitan en el.
No me conocen, ni saben, acaso, que existo.
Y la naturaleza de mi alma,
es tan frágil cual copa de cristal.
Mi corazón se debilita,
y necesito mis fuerzas abandonar.
Comiezo a pensar, entonces,
que no existe un Dios.
No encuentro mejor Biblia, que mis experiencias.
No encuentro mejor creencia,
que en mi misma.
Estoy muerta para el mundo;
soy estudiante del silencio,
y reina de la inocencia.
Esta herida tan grande,
no cerrará facil.
Mas mis lágrimas nunca se secarán.
¡Hasta la misma muerte,
derrama lágrimas por mí!
Se ríe de esta pobre y solitaria alma.
Es inenarrable, el dolor de la ignorancia.
Me clava espinas en el corazón;
me quita, de vivir, las ganas. |