Efímera imagen instantánea,
ensueño de circunstancias,
puñado inasible de minutos,
destellos de historia compartida,
pétalos secándose entre páginas
de un libro cerrado y sin estreno.
Nada más que un paso en falso,
mera coincidencia a destiempos,
–un poema dedicado a un tercero–,
esa encrucijada sin regreso,
–copa de vino bebida en soledad–,
alucinación de sentimientos.
Manos que cortejaron piel deseada,
agonizan acariciando almohadas.
Cuerpos reclamándose en la noche:
apenas una evocación de momentos
en la memoria, y en ese lugar donde,
se dice por ahí, se aloja el alma.
Ante el poder de tal dolor,
si ya ha pasado,
¿qué lugar tiene el rencor?
si ya no importa.
Porque al fin y al cabo
de todo aquello, no queda nada.
© Simon Paterson
(Noviembre 19, 2005)
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