Pintas palomas negras en un cristal opaco
en medio de la jungla de marfil
y vuelan alto hasta el día que te marchaste.
Poco que decir, te buscaré.
Con las nubes negras
andan las palomas que inventaste,
tras las tormentas
luchan para poder cortar sus raíces.
Sus vuelos se cruzan
como se cruza el deseo con la ilusión
y comparten su sentimiento
de desorientación.
Saben que vuelan sin dirección.
Mucha mala hierba
habrá que arrancar si se quiere
volver a comenzar.
La misma mierda reinventada,
de otro color, con otra forma
y con otra solución.
Ya volví a recuperar las cenizas
de la vida que quise quemar,
vuelvo al Genesis y a la lucidez
del Honestidad Brutal.
Todo nos queda grande.
Vuelan palomas negras
sobre el tejado de mi regreso,
pájaros de mal agüero.
Que alguien pinte nubes blancas
en el techo de mi habitación.
Luego…
Después…
Afuera…
Son palabras que no dicen nada,
son palabras que lo dicen todo.