Hola, mamá...
Hoy no hemos hablado mucho, espero que no te haya herido ni molestado, sabes, que cuando no hablo, es porque prefiero no hacerlo...Sabes...He hecho todo lo que me pediste; limpié, hice parte de la comida, hice la compra...Tareas cansinas, sí, pero todo sea por ayudarte a ti que te sacrificas por nosotros...
Ahora duermes tranquila...Después de un día agotador de trabajo. Descansas, y sería el momento perfecto para salir de esta prisión que llamo habitación, descender las escaleras y hablar contigo, a solas, mientras duermes, para que ninguna de mis palabras puedan herirte ni hacerte pensar nada que te arranque de un suspiro la felicidad. Lo último que querría sería hacerte el mínimo daño, demasiado te hago ya...Te sientes orgullosa de mí, de mi actitud y de mis calificaciones en lo que se refiere al estudio. Pero madre, fallo en muchas más cosas, y siento decirte, que hace 16 veranos contando este, diste la vida a un ser demasiado imperfecto, ser que luego recaería en el vacío sin saber el qué lo provoca.
Perdóname, mamá, por tener que explicarte todo esto...Sabes que no hablo demasiado, que en familia nunca me expreso, y si lo hago, mis ideas, pensamientos y actos siempre son de lo más turbio...Quiero decirte que aunque nos adores y nos ames con locura, debes aprender a mirar más allá de tus ojos, no mirar sólo por la sangre que gotea en tus venas, y abrirte al mundo que te rodea. A pesar de tus lágrimas eres el ser más fuerte que conozco en este mundo, y se que seguirás adelante con todo aunque te des cuenta de lo que está pasando...No es grave, al menos en mi opinión; simplemente, me asusta lo que me pueda llegar a pasar. He pisado demasiado pronto el campo de batalla y no puedo abandonarlo, pero no se si duraré hasta que se ice la bandera de la paz. No me considero capaz.
Tú y tus actos, mamá, tú que eres tan ingenua como yo a pesar de todo lo soy muchísimas veces...Nunca preguntas sobre mis ratos después de obligarme a comer en el baño, nunca escuchas mis lágrimas aunque mi hermano te haya comentado el haberlas visto y oído. Puedo controlar estas dos cosas, pues no siempre me deshago de lo que engullo con odio, y no siempre lloro cuando el mundo se me cae encima. Pero hay una tercera cosa, madre, que no soy capaz de controlar. He hecho promesas y juramentos que incumplí con todo el dolor del alma, mamá, pero no puedo, no soy capaz. No preguntas por qué a pesar de mi sofoco llevo siempre el antebrazo izquierdo cubierto con una muñequera negra, o con pulseras u cualquier otra cosa...A partir de ayer, también llevo cubierto el antebrazo derecho, igual que una vez llevé cubierta mi pequeña muñeca izquierda. Sí, es lo último que quiero, hacerte daño. ¿Por qué soy tan dura y a la vez tan susceptible? No lo entiendo, no entiendo nada mamá, no entiendo nada...Cada recuerdo me afecta como si no estuviese suficientemente sepultado, cada acto del pasado me recuerda a todos los errores que cometí por pura insensatez. Madre, dime que debo hacer para parar esto, ¿porque no puedo mamá?, ¿por qué no puedo?
El día amanece alegre y todo me entristece...Créeme madre, que no araño, corto y cerceno mi cuerpo por arte gótico, sino porque es la mejor manera que he creado para soportar la culpabilidad y el dolor, los recuerdos y el pasado. Las nubes se ciernen sobre mí y no veo salida. Mamá, no pediré ayuda a mis amigos porque demasiado les dañé ya, y les prometí, les prometí mamá, que nada más volvería a pasar.
¿Es desesperación madre? No se qué me puede pasar...No quiero seguir adelante, no quiero salir de aquí, quiero permanecer por siempre...No quiero seguir viviendo pero a la vez quiero vivir, demasiada vida por dejarme atrás mamá...¿Crees que estoy loca de verdad? Yo cada día lo pienso más...No se por qué estoy aquí, no se para qué sirvo. Madre a veces no puedo aguantar la rabia y el dolor, el pasado se revuelve en mi estómago y el presente se me hace amargo. No hay otra persona que tenga culpa más que yo de ser así, de pensar así y de no poder olvidar. No quiero herirte mamá, eso jamás; pero en ocasiones te odio tanto...Te odio tanto...A veces me haces llorar mamá, no es tu culpa no, porque se que sólo querrías lo mejor para mí, pero y qué mamá...Nunca entenderás lo que es para mí la felicidad, pues tú en parte me la quitas y me la das...No quiero contruir esto dentro de mí madre, no quiero.
Este recuerdo del pasado, estos pensamientos y preocupaciones del presente, esas frases que nunca se olvidan de tanto que dañaron y dejaron sin palabras, esas cosas que se sueñan y son tan prohibidas, esas manos que nunca están cuando las necesitas agarrar...Esa canción de cuna que no se entonar, esas cosas torpes y mal hechas que hice para ti y siempre las supiste adorar...
A dónde van mamá, aquellas lágrimas que nadie supo secar y alejar; a dónde van, mamá, ese dolor que sigue sin poderse disipar...Aquellos besos que necesito y nadie da, los abrazos que añoras y que nadie te brindará...¿Qué es todo esto mamá?
¿Pensamientos incoherentes y sin personalidad?Ayúdame madre, porque no quiero acabar encerrada temblando con cada salida del sol, arruinando mi vida para deshacerme de ella, y muriendo inconscientemente esclava del sendero de la luna muerta y el dolor...
No puedo, mamá, decirte esto y dañarte más...Esperaré, a que el dolor sea inaguantable hasta el punto de estallar de verdad, para que entonces tú seas la que cure mis heridas y me puedas acunar... |