Me he ganado el respeto del mismísimo miedo. El miedo a la soledad, al silencio absoluto. Ha desaparecido. Se fue, al menos me dejará vivir un poco más...Las sonrisas esta vez no han sido forzadas, han salido de lo más profundo de mi ser. Ya anhelo esa mirada oscura que me ha brindado lo que más deseaba...El amor. Esto es nuevo para mí. Es como si todo volviese a empezar. Como la primera vez, porque, realmente, lo es. El dulce aroma de su cabello. Poder cerrar los ojos y sentir su mano acariciando mi rostro...Esos brazos fuertes que me envolvían y me hacían tan feliz. La presión de su mano apretando levemente la mía. Como si fuese una simple muñeca de cristal. Vuelvo a ser la niña feliz riendo sola ante sus preocupaciones, ante el pasado oscuro que amenazaba con volver a atacarme. Pero hoy lo dejo todo atrás para vivir. Oh, ¿ cómo pude hacer tantas cosas por morir cuando sólo buscaba vida en compañía ? Cuántas preguntas sin respuesta concreta. Cuántos recuerdos de una sola noche capaces de hacerme feliz. Sentir su cuerpo, su aroma, oir el grave y precioso sonido de su voz...Y contemplar sus ojos oscuros, rebosantes del extraño brillo que me da la vida. Ese único beso...Eternamente. Y ese sentimiento de alegría. ¡¡ De felicidad !! Sentir como fluye la sangre cálida de sus venas nerviosamente mientras permanezco a su lado. Su boca, cerca de mis labios. Sus ojos, clavados en los míos. Queriendo decir algo que adoraría sin saber el qué. Se ha extinguido, por fin, el miedo a seguir en las fosas del silencio, donde moría. En cambio, hoy, VIVO.