Inicio / Cuenteros Locales / dianaconalas / Alma de diamante
Vos me decías que tenía el alma de diamante y yo me reía. “Una coraza de barro”, te contestaba, “eso tengo”. “Para llegar al diamante siempre hay que sacar el barro”, insistías.
Elegí que me sacaran el barro a golpes y, a pesar de tu decepción, te quedaste conmigo, estabas en mi esquina y tu rostro era como agua para el sediento. Aprendiste a tolerar la sangre y las heridas, y al terminar cada pelea, sacabas de la manga una caricia y me decías que faltaba poco para llegar al diamante.
Pero no sé bien cuándo, las luces fueron más fuertes que tu mirada y empecé a perderte.
Fuiste quedando atrás como si la cámara se estuviera alejando y te convertiste en un punto borroso en la distancia.
Y creí que te había olvidado.
Hoy te busco como el boxeador busca el banquito cuando está por llegar el knock-out. Solo como cada uno frente a su propia muerte, clavado en la puerta del infierno, toco mi pecho y algo filoso me corta. ¿Será el diamante? No, es tu ausencia.
(El título de este cuento es de una canción de Luis Alberto Spinetta y las frases “Solo como cada uno frente a su propia muerte” y “clavado en la puerta del infierno” son de la canción “Solo”, de Jorge Fandermole).
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Texto agregado el 18-11-2005, y leído por 118
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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23-11-2005 |
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Muy bueno Diana y no te olvidas como Bucay de citar las fuentes***** Goyo |
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