Cuentan por estas tierras, los más antiguos, un suceso, que marcó la era de la vida, cómo puede surgir la belleza dónde nació el amor.
Era en esos tiempos, oscuros, cuando aún no nacía el hombre, que la tierra estaba en su esplendor, y el cielo, coqueto, de ella se enamoró, aquella hermosa, de la cual la vida fluyó, y entonces, lo prohibido sucedió… entre ellos, el amor nació.
Cada noche la tierra miraba al cielo a los ojos, y lloraba amargamente por no poder estar juntos, formando charcos en el suelo.
Pero el aire, que todo lo vigila, no les permitió estar juntos, a pesar de lo mucho que se amaban, pues éste, amaba en secreto a la bella tierra. Se ubicó entre el cielo y la tierra, despojándolos de su naturaleza para siempre, creando al hombre entre los dos, para que guarden distancia por todos los siglos, enseñándonos hoy, que nada es, todo es fugaz, nada queda.
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