La noche brama, convoca huidas. El país se parte se funde, se desparrama, es el mercurio que contamina. La noche es piedra en la comarca, el dolor vocifera por las rendijas.
Lloran las madres sus pecados, aúllan serenas de peces espadas.

No me dijiste que la sangre mancha?
No fuiste capaz de decirme que los muertos hablan.
Te creí,
Creí entonces que dos por dos da cuatro
Que había buenos y malos,
Que llegan al final para salvarte,
Que siempre te salvan,
Que ganaban los buenos.-----

No me dijiste quienes eran los buenos?

Si por el pelo corto, el bigote ralo, si por la nariz aguileña,
Si por las dudas los podría reconocer.

En que geografía cabe el crimen?
De que país heredamos el infierno?
No había tamaña redención para abonar el suelo.
Como se arman los esqueletos?
Hueso por hueso?
Golpe a golpe?
Por qué las preguntas me huelen a confesión,
con respuestas que no alcanzan.

No me dijiste que las estrellas se ven de día
cuando te alumbran el cuerpo,
con dos cadenas
y la memoria se borra de nombres.
Cuando morir es lo mejor que hay en la vida.

Por que no venís a mi tumba?
Nunca me encontras
Estoy perdido?
No te alcanza la luz para buscarme
No estoy jugando a perderme.
Me perdí y no vuelvo a caminar por las distancias


Me regalaste un libro, paisito robado a todos, aprendí a leer creyendo que el llanero solitario vendría a salvarnos, pero nadie llegó a la hora señalada.
Después de todo tener.
De perder hasta el último halito de esperanza.
Me hablaste de ella,
Juraste que existía,

Que la llevaba adentro.
Recién lo supe
cuando muerto
desparramado en la tierra que pisas
estaba libre del pecado de existir