Se pudieron ahorrar los actos más terribles.
Se pudieron evitar los errores más violentos,
soslayar los máximos quebrantos que me diste

Todo pudo ser distinto en esos días,
Quizás el sol si estaba dispuesto a coludirse
y tal vez las voluntades animales, anularse.

Porque ocultaste el germen de ésta muerte,
porque en silencio guardaste de la culpa
odios y lágrimas que quisieron de poder llenarse.

Y luché en la más absoluta de las sombras
luché la batalla más desolada y sin amigos
sufrí el desamparo de los necios, mutilando.

Tanto dolor se agrupo en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento;
porque bajo el alero del silencio,
creció la mentira que mató los años
creció el virus implacable que contaminó mi sueño
se desarrolló la bestia que desangró alegrias
y se secó esperando mi esperanza los amores.

No hay amargura más extensa que mi boca,
nada más árido que hoy, mi llanto,
y nada mas triste que mi nube.
Absolutamente nada más muerto que mi alma.

Así termino de comprender este camino,
que me ha llevado a lo más alto de mis penas,
el que me enseña lo más oculto del pasado.

No hay hoy nadie más traicionado,
nadie hay que tanto haya llorado,
entendiendo que ha perdido lo pasado,
porque nada puede ser recuperado.


El Coronel