**To be or not to be**
Oh! querido amigo, por qué quieres partir? Por qué desistes?
Si tu impulso mortal es más fuerte que el amor que dijiste
sentir alguna vez por mí, entonces te dejaré ir. Háblame.
Si pudiera mirarte a los ojos una vez más, si aunque sea lo
intentara...conocería quizá la forma redonda que toma el
dolor cuando se adapta a tus resignadas y cansadas pupilas.
Nunca entenderás lo que se siente ver cómo un amor tan grande
se pierde entre la suave oleada del final. No...no te vayas
aún...déjame verte bien. Cierra esos ojos, mensajeros de tu
condena. Sí que has cambiado, amigo. Hoy te veo muy diferente,
hoy pareces tranquilo y sereno. Dicen que cuando algunas
personas se percatan de que van a dejar este mundo, suelen
tomarlo con una extraña calma que sólo ellos entienden, como
resignándose a quitarse el dolor de sus corazones y entregándose
a la dulce espera. Pero, y qué hay con los de afuera? Qué hay
conmigo? Viviré el resto de mi vida sabiendo que te dejé ir,
que no supe cómo ayudarte? Y no me vayas a decir que no había
nada que yo pudiera hacer al respecto, porque sabes que así no
es. Solías decirme que todo lo que necesitaríamos para vivir
era amor. Acaso mi amor no fue suficiente?
No, no me pidas fortaleza, no me pidas eso. Te imploro piedad,
mi corazón te lo implora a gritos. No me dejes aquí, a orillas
de este cruento mar y a un paso del después. Después de todo tú
lo dijiste, este mundo es para nosotros. Yo me pregunto si el
próximo será el indicado. Pero no me respondas, tu boca ya está
sellada con sal marina. Ya no puedes decir nada que me haga echarme
atrás, como yo tampoco puedo hacerlo por ti. Si no puedo convencerte
de soportar este infierno sutilmente denominado mundo, ya no hay
nada que me pueda convencer a mí. Vamos a buscar juntos un mundo
mejor, vamos a dejarnos llevar por la marea del ser y no ser, vamos
a sumergirnos en las eternas profundidades de la calma, y que nadie
nos detenga. Llámennos locos, llamen a esto suicidio. Quizá lo sea,
quizá esto sea una locura. Yo lo llamo amistad. No lo entiendo por
completo, pero lo apoyo con firmeza. No elegí amarlo tanto. Pero sé
que en definitiva, mi querido amigo, tenías razón. Indefectiblemente, todo deriva en una sola cosa: amor. Llámenlo como quieran, yo lo
llamaré "morir por amor".
|