Ahora que ya no te encuentro
Ahora que el ojo ha inventado
Almohada para ahogar recuerdos
Todavía no he ni empezado
A llorar, a quererte aquí,
A desearte mío, conmigo
Bajo este tenue, tenue gris.

Para qué pedirte una vuelta,
Con qué excusa te me escaparás,
El día con rosas violetas
La noche, amapolas doradas
Tan improbable tu llegada
Como mi alma en la dulce paz
No volverás, suave te irás.

Y si cayeras de este cielo,
Un día soleado y liviano,
Quizá me halles, me halles así
Con el paso de un alma en pena
No me inmuto si te arrodillas,
Pues para mí no estás aquí.
Te olvidé aquella mañana de Abril.