Hay veces que no sabemos porque ocurren las cosas, en ocasiones tan maravillosas y excelsas.
Hace tiempo me puse a pensar en el vuelo de la mariposa monarca, la emigración que hace hasta mi estado Michoacán en mi país México y de verdad me asombra los muchos kilómetros que recorre esté diminuto animal, esa es una de las maravillas más grandes.
Aunado a lo anterior, cada movimiento de las partes que integran mi cuerpo está acoplado a la perfección, cual si fuera una máquina sin errores, calculada para cada función.
Pero sabes, a veces no le doy el uso adecuado, profano el templo de mi cuerpo con miles de productos nocivos, entre ellos comida no adecuada y bebidas insalubres, como el refresco, me desvelo y le doy una vida desenfrenada a mi sexualidad.
Y Pienso, que todo esto, perjudica al ser que llevo dentro de mí, que me cuida, que me protege, que me auxilia.
Porque sabes, Dios mora en ti y tú decides como lo quieres traer hoy: Triste, cabizbajo, neurótico, drogado, alcoholizado, lujurioso o alegre, compasivo, sobrio, casto, puro.
De verdad te digo, a veces yo lo he traido de muchas formas de las que te mencioné y hoy me doy cuenta que a pesar de todo, me sigue amando.
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