El impacto natural de un rostro fino, el semblante de una sonrisa tierna y cariñosa, la humedad y brillo de sus pequeños labios y sobre todo la transparencia de unos ojos sencillos por naturaleza.
Es simplemente el reflejo de un conjunto de maravillosas imperfecciones de un solo semblante, el cual llena de incertidumbre a un pensamiento distraído.
Se trata de una visión confusa hacia otro ser o nota ilógica de un corazón solitario lleno de vida e ilusión.
Las estrellas ven con sus enormes ojos luminosos y se vuelven espectadoras de este tipo de juego, el problema para ellas es ubicar el instante preciso y entender esa realidad tenaz.
Por otro lado, caminando entre las estrechas calles, calles llenas de anécdotas y casos pintorescos llega el mensaje final: la vida continúa junto con sus ventajas y prejuicios.
Pido que regrese pero todo es inútil, los sonidos corren y se deslizan acompañando al viento. ¿Qué decir?, sigo sentado sin buscar y encontrar a ese alguien que sé que observa cada movimiento y detalle de nuestras vidas.
Todo vuelve al principio. Es como una balada lenta con un ritmo extraño de blues en conjunción con un grato jazz, es decir, una verdadera confusión de signos diversos.
La tinta corre alrededor de la hoja buscando alguna explicación, consiguiendo la ceniza aún encendida por el recuerdo de una visión que concuerda con la soga interminable del destino, un destino el cual talvez es inexistente pero el simple hecho de tenerle credulidad, llena de expectativa y misterio.
Sólo queda el pensamiento de hallar la respuesta o entender algún rasgo de la confusión.