Quiero escribir algo sobre la capacidad de abstraerse de la realidad y proyectarse en el sueño. Pero no resultará. Cuando uno tiene un proyecto que hacer, una idea a llevar a cabo, se confunde en la mitad y termina haciendo un texto snob. Y lo que menos quiero hacer es un texto snob. Quiero hacer un texto clásicamente mío, pero ya no me salen. Me oxidé o agoté. Ahora soy un post yo, un yoyo dando vueltas, una especie de imaginería coja.
Es bueno autoanalizarse. No es bueno hacerlo público. Pero como hay rebeldía con lo bueno y con lo malo, pues, publiquémoslo. Da igual a fin de cuentas. Uno es una antorcha, otro es un fósforo, otro es un volcán, así es la vida, y uno vive en ella no más, como con la familia que te toca al nacer o el idioma que llaman "lengua materna". Allá tú si es mapudungun, español o inglés, el mundo no es justo, y a mí qué. No tengo el espíritu punk de la lucha contra el sistema. Más bien soy de los borregos que se dejan matar.
Espíritu de gárgola. Algo desfasado, algo que sueña con cosas imposibles, porque sabe que si las soñara posibles sería peor la frustración. Muy educativo en todo caso. Educativo digo eso de imaginarse recorriendo el mundo guiado por la esperanza de hallar la paz de los monjes o las aventuras de Livingstone. Mejor quedarse callado, hermano. Callar y morir. Vivir tranquilo, cerrar los ojos, pensar en lo grato que nos va quedando, en la alienación proscrita suscitada desde lo más hondo de nuestras almas grandilocuentes y absurdamente patéticas. Sí, hermano mío. He aquí nosotros conquistamos el mundo, de la mano con la ilusión de cubrir en nuestra lucha todos los ideales y los proyectos, y también los quiebres y los desamores, y las decepciones del sistema neoliberal y tener que votar obligatoriamente. Etcétera, hermano.
Etcétera. Curémonos, amor mío. Curémonos hasta la médula, amor mío. Droguémonos. Seamos causa de sufrimiento, amor mío. Seamos causa de sufrimiento, seamos alguna cosa, motor de automóviles inválidos, asperezas, seamos sueños, demás, nadie nos puede negar imaginar. Eso si que no. Ni los gringos se atreverían. Además, los gringos no existen, todos los sabemos, son sólo entes abstractos que son manejados por extraterrestres para lograr un control mental sobre nosotros sin que se levanten sospechas y que los M.I.B. deban ejercer sus funestas prácticas. Aunque no importaría que los M.I.B. hicieran lo que quisieran, porque, obviamente, los M.I.B. son gringos. Es como decir que Hitler va a ser juzgado por la Gestapo o que Robespierre morirá en la guillotina que usa como látigo inquisidor (aunque, diantres, eso pasó así).
La cosa es que nada importa en este texto, ni fuera de él. A lo más poder encontrar, por fin, Los Detectives Salvajes, y leer de una al Bolaño que se me hace proscrito a estas alturas. Nada que ver que a uno le nieguen la cultura. Ni que fuera borrego de los que se dejan matar. Porque hay que ser punk.
Tú eres buena persona. Pero no de las 'buenas personas' a lo Alex. Porque Alex también es buena persona, pero a un estilo más genérico. Tú eres buena persona sin decirlo. Como la Karen es generativa emocional sin decirlo. Lo que no quita en nada que lo seas. Y no eres gay, ni pizca. Deberías serlo. Tienes la cara, el actuar. Tienes la performance. Yo no. Y no lo soy. Ni creo que lo sea. Pero travesti quizás. Los travestis no necesariamente deben amar su trabajo. Pueden serlo, para ganar dinero y botarlo en seguir siendo travestis, pero nada más. Por eso quizás lo sea.
Además no necesitas ser homosexual para meterte con hombres. Sólo necesitas visceralidad y puedes hacer lo que sea. Por eso lo haré. Porque la visceralidad lo exije, hace que sea casi un acto determinado. Y puedes escribir de eso, o hasta enamorarte y seguir siendo hetero, aunque el rango ya se achique. Porque todo tiende a achicarse. Asesino no creo que sea. Me faltan ganas. Me falta dejar de tener pulsiones autodestructivas y generar las plurodestructivas, que tienen los asesinos. Yo soy más para hacerme travesti que asesino, una cosa de genética y fenotipo. Sangre y ambiente. No sé por qué odias a tu madre si no es mala. Voy a morir de cáncer al pulmón. |