Se mira sin mirarse
Y se pierde en el reflejo
De la ventana y su sombra
De tormentosa mentira de otoño.
Con su pata traspasa su cuerpo
Y su cubierta se endurece dulce
Al ver la calle tranquila
Al sentir el fuego
En sus nubes.
De derraman los planetas
Y sus auroras de manjar
Se llaman unas a otras
Las abejas al pasar.
Y las estúpidas ideas
De pobre holgazán
Engañan a un público
Cubierto de sal.
En fin…
Las hormigas se apoderan de la Alameda (y su público)
Con el azúcar de invierno, con chalecos de cuero.
Con deliciosos sueños de mente pequeña.
Texto agregado el 15-11-2005, y leído por 125
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
15-11-2005
perderse en el pespejo es más común de lo que piensas.¿no es EL azúcar?
me agrada la idea de apoderarse de algo tan grande como la alameda con solo una mente pequeña,pero creo que podrías trabajrlo más , pues está muy confuso (jojo te pareces a mi)
saludos
Akxa
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login