Otra vez en la ausencia de una noche fría, solitario, cansado, abro la puerta de mi casa y oigo como si tus pasos retumbaran en mi cabeza mientras tu perfume cae sobre mi cuerpo, todo se rodea de extrañas sensaciones y los relojes comienzan a quemarse mientras el tiempo pasa como desapercibido.
Oigo campanas y tu cara se asoma en los tristes cuadros de mi habitación. Eres dulce, tierna y tus risas van matando penas caminado en mi mente ya hipnotizada por creer en ti.
Salgo al patio, miro el silencioso cielo y pienso que debo arriesgarme al menos una vez sabiendo que tus indecisas miradas muestren una realidad tan deseada que solo tu puedes darme...
El frió comienza a enfriar mi corazón y mi hamaca deja de moverse porque mis esperanzas por ti no sienten explicación ni temor solo no encuentran el camino claro a seguir, atrapando en su curso el amargo sabor de desilusión...
Cada hora que pasa comienzo a conocerte un poco mas y me atrapas en un viaje sin limites que nunca va a acabar mientras siga siendo tu ternura la culpable de quererte...
Se oyen ruidos a lo lejos mientas el tren nocturno va arribándose trayéndote, sola, confusa en tus recuerdos y no librándote de ti misma, me paro frente a su llegada y miro solamente a tus ojos tristones mientras mis lagrimas se congelan en esta fría noche....de apoco mis esperazas caducan y tú eres alguien mas entre tantos alucinaciones que tuve pero sé que por mas que siga pasando el tiempo, ahí estaré, esperando a ese tren, bajo la neblina que nos una y nos pierda en la más bella felicidad...