La becaria robot se apoya en el mostrador. Sus ojos parpadean a una velocidad de diez veces por segundo, escaneando al ser humano que tiene ante sí. Una vez identificado, el ser humano, llamémosle K., informa del motivo por el cual se encuentra en la secretaría de la universidad. Vengo a recoger mis notas, dice. El Androide, muy amable, le ordena “aguarde tres minutos”, tiempo necesario para introducir una clave en el terminal y conectarse con el ordenador principal. Una vez transcurrido el tiempo exacto, recibe un sobre acolchado y al abrirlo, descubre en su interior un disco magneto óptico. Debe de haber algún error, soy K., alumno 551 me acojo a la 7.006, soporte papel, le informa al autómata Este le contesta que no hay ningún error. La 7.006 ha sido abolida. Todos los resultados de las convocatorias de los exámenes deben de ser entregados en soporte magnético. Impaciente por saber los resultados, acude a una sala de impresión, pone su mano sobre un lector de huellas digitales y una voz artificial le asigna un monitor en la sala X25. Al fin, sentado frente a una pantalla de cristal líquido, consigue ver los resultados. Dos asignaturas suspendidas. Entre ellas, Geografía. Esos malditos ríos del planeta Bebas, ubicados en esa galaxia de Hadas siempre se le borran de la memoria. Siente tener que hacerlo, no hay otra opción, tendrá que sucumbir a ese invento al que toda revista técnica elogia constantemente: QSI, Neurotransfusor de Ricosoft. Paco, un conocido informático, le contó maravillas sobre este electrodoméstico revolucionario.
- ¡La ostia tío! ¿Estudiar? ¡Bobadas! Lo colocas en tu coco y en unos segundos, los datos pasan a tu cerebro. ¿Cómo crees que aprobé yo la carrera?

Llama a Paco y le informa de que le interesa comprarse uno, pero que no tiene mucho dinero. También pregunta por los programas, porque estos aparatos siempre llevan programas, y suelen ser caros. Paco, que tiene recursos para todo, le dice que no se preocupe, que él le vende el suyo porque se va a comprar otro más avanzado que tiene más prestaciones. Sobre lo del software, ningún problema, el tiene todos los cursos en CD-ROM. Un par de copias de las materias a recuperar y todo solucionado. Siendo así de fácil, ¿quién puede negarse?

Llega el gran día. Paco se presenta en casa con una pequeña bolsa de mano y K. le lleva hasta su pequeña habitación. Se acomodan sobre unos cojines de látex y Paco coloca la bolsa entre los dos. Cuando abre la cremallera, K. ve por primera vez el pequeño invento, de forma circular y con tapa transparente, que le permitirá obtener el título de graduado social que tanto ansía. Asimismo extrae un cable, y una corona de plástico con pequeños sensores neuroconductores. Pican un pelín, le dice, pero tranqui, en cuanto comienza la actuación… ni te enteras. Acto seguido, el informático conecta el Neurotransfusor a un extremo del cable y el otro extremo lo conecta a la corona.
- Vete poniendo esto en el coco; mientras voy cargando el curso en memoria. ¿Cual prefieres primero?

Se decide por la geografía. En tan solo unos segundos asimila diez gigas de información referente al cosmos. Sin embargo, existe un factor de error del 0,5% en la información asimilada. Sin que se entere, Paco introduce otro CD-ROM con un Service Pack, y con ello quedarán solventados todos los problemas.

Quince días después llega el examen de recuperación. K. sube enérgicamente las escaleras que le llevan al aula donde se examinará por última vez. Antes de entrar observa a los pobres ilusos que yacen esparcidos por todas partes con enormes libros de texto no les ayudarán a aprobar. Una vez en el aula, se sienta ante la computadora que le examinará. Acciona el dispositivo manual con una mano, y después hace un doble clic sobre un icono que identifica el inicio de sesión. Una imagen virtual de un monigote animado le da la bienvenida. Introduce el número de clave, le dice, y tras hacerlo, sobre la pantalla aparece la primera pregunta: ¿Pico más alto de Lisex? Sonríe. Introduce la respuesta: KUNT. Una luz verde se enciende en un panel situado en la parte superior del monitor. Segunda cuestión: ¿Planetas del sistema Neutrex? Respira profundamente. Comienza a teclear las respuestas: LIVAS, KLAUS, TROPEX… ¿Y el otro? ¿Cómo puede ser que no sepa el otro? Está seguro de que siempre han sido cuatro. No desespera, la siguiente pregunta será más fácil: Enumere los cinco continentes de la Tierra. ¡Chupado!, exclama. EUROPA, ASIA, AFRICA… ¿Y el resto? No los recuerda. ¡Queridísima tierra! Se da cuenta de que algo va mal, no puede responder ni una más, ni siquiera las de nivel básico. Una vez más, suspenderá el examen.

Cuando sale del campus, no se encuentra demasiado bien. Ni siquiera recuerda donde aparcó el automóvil. Decide coger el tren, y al buscar la línea que ha de llevarle a casa se da cuenta de que no sabe ni donde vive. Suerte que lleva un carné de identidad y gracias a él llega a su domicilio. Le recibe alguien, supone que debe de ser mamá, pero no dice nada sobre lo que ocurre, no quiere asustarla, seguro que es algo pasajero y que tras un sueñecito todo pasará, así que se va a su habitación y se echa un rato.

La madre le despierta y le dice que un amigo está al teléfono. Necesita hablar de forma urgente con él. Contesta.

- ¡Ostia tío! Menos mal que te he encontrado. Soy Paco, ¿me reconoces? Joder, espero que no sea demasiado tarde. Voy, para tu casa. Seguro que lo podemos arreglar. Verás, uno de los CD-ROM tenía un pequeño problema. Mi ordenador estaba infectado. Y al hacerte la copia, se coló un jodido virus.