Cae la tarde, con la sinrazón de una negación mal establecida, donde notar el frio en tu piel, es el principio de un viaje a la fria noche. Todo comienza en la plenitud de las generalidades, donde el mito deja lugar al guiño desnudo, sin tener en cuenta el orgullo y la verguenza.
La mutación del cuerpo, reflejo de la siceridad de la época, miente constantemente, precipitando la soledad del ser, haciendo brillante la puesta en escena, con artilugios personales, pero que todos utilizamos, en la medida necesaria para intentar ser feliz vista al exterior, sin tener en cuenta la falta de luz, en los pasos al éxito.
Sumergido en otra persona, que nunca se deseo ser, me encuentro, bajo el protectorado del olvido y en la comunidad de las sombras, donde mi compañera más cercana es la muerte, que espera como mi mejor amiga al fin de mi tarea, para acompañar mi continua putrefacción, sin dejar en las lagunas del tiempo mis lamentos, que van conmigo, en el interior de mi corazón maltrecho;tétrico si me traicionas y vivo si miro al recuerdo.
Es dificil mantener la carga del futuro, cuando costantemente la confianza es violada, corriendo las cortinas al odio, para pasar a los recuerdos mutilados que conforman las necesidades del ser, donde la guerra entre los dos mundos no da tregua a la necesidad de los valores más simples, mientras que las heridas de esta guerra, al despertar en los amaneceres del inframundo de las sombras, son necesarias para saciar de sangre a los vencedores, y de ira a los vencidos.
Todos muertos, en la espiral de la historia, recubiertos de espinas entre sudarios,manchados de maldad y sociedad, bajo la mirada fija de un comportamiento magistral, sin necesidad de comportarse entre los semejantes, partida de un pasado sin retorno. |