Lo viste, pero no te atreviste a intercambiar palabras.
La luna somnolienta se apodera del manto estelar... un día más ha terminado. Aunque pasen los años sigues conservando intacta esa manía de entristecerte cada vez que el sol se oculta, ¿por qué? El insomnio obliga a que tu imaginación distorcione las luces y sombras y busques figuras en la oscuridad. Te cansas de este juego que se torna soporífero y tedioso.
Mientras tanto ángeles y demonios libran una lucha interminable en el antiquisímo infierno particular del alma, albergue de todas tus demencias existenciales y tus ideas triviales y petulantes sobre el destino. El no formará parte de tu vida como estaba previsto (olvidaste regalarle el "hola" que los uniría para toda la vida).
Tu sólo escuchas el sonido lejano y ensordecedor de unos grillos a lo lejos... Cierras los ojos, finalmente la vigilia a terminado y el sueño se empieza a apoderar de ti.
MURMULLOS: Te dije que le hablaras!!!!! Pero sigues siendo igual de medrosa, achantada y pusilánime que siempre... (-mi alter ego-)
Texto agregado el 13-11-2005, y leído por 174
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