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Inicio / Cuenteros Locales / mi_mundo_paralelo_y_yo / Manolito Noteveo y su enamoramiento solar

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-Míralo, está obnubilado, no mira otra cosa, no sabe de nada más, se pasa las horas muertas ahí sentado entre el amasijo de hierros y árboles, porque eso de parque tiene poco- el tinte de preocupación en esa voz era innegable. Y es que ciertamente Manolito Noteveo pasaba las horas sentado en un banco mirando al infinito ¿miraba al infinito? Si alguien le hubiese preguntado habría sabido con certeza que él miraba a un punto bien concreto. Toda su vida había pasado corriendo delante suyo, sin embargo, un día se paró en mitad de la calle para pensar algo y alzando la cabeza lo vio: el Sol, deslumbrante, grande, magnífico, árbitro de las nubes. Se enamoró. El sol daba luz y provocaba sombras, hacía crecer las plantas, las cosechas, hacía que los caracoles estirasen los cuernos saliendo de su armadura, dibujaba de luminosidad los rostros de quienes tenían la suerte de reflejarlo. Desde ese día, Manolito sólo salía durante las horas en que el sol se encumbraba en el cielo hasta que se ponía por el oeste. No se cansaba de mirarlo con unos ojos arrebolados en sus salidas y puestas, amarillentos cuando se erigía como jefe supremo del cielo.

Pronto los del pueblo de Ojosgrandes comenzaron a preocuparse por el chico, porque según ellos –se estaba echando a perder-. La familia Noteveo, especialmente, vivía sin vivir, las largas exposiciones de Manolito al sol le estaban provocando daños en la retina aparte de las evidentes quemaduras en brazos, cuello y rostro, de las que él no parecía enterarse puesto que sus hábitos no cambiaban y tanto es así que con el tiempo su piel se curtió lo suficiente como para que el Sol no le dañara. Así, la familia preguntó a las autoridades más reconocidas del pueblo: el carnicero, que dijo no saber más del sol que del pescado, el vigilador de la rectitud de las carreteras, quien en ese momento no pudo atenderles porque la nueva vía se había desviado dos milímetros a causa de un corrimiento de tierra, el tabernero, quien aconsejó a los padres del joven darle una copita de orujo para que se le quitasen las tonterías del enamoramiento…no quedando satisfechos con ninguna de las consultas, decidieron acudir a la curandera, una mujer muy pequeña y absolutamente redonda en sus formas que vivía en la casa más apartada de la calle más alejada del pueblo. Esta mujer pasaba el día entre vasos humeantes, maracas practicadas con insectos crujientes y animalillos deformes y cuchicheantes. Cuando fue interrogada sobre una cura para el enamoramiento solar, ésta con una carcajada dijo -¿pueden ustedes curar su propia estupidez? No, claro está, bien este tipo de enamoramiento como cualquier otro no requiere cura sino hacerse cargo de él y remediar las posibles consecuencias nocivas que de él se deriven- dijo con un tono de doctora recién licenciada que ni ella misma sabe hoy día de dónde salió. –Tomen-.

Los padres de Manolito salieron de la más apartada casa de la más alejada calle del pueblo, subieron una cuesta, la bajaron y en el parque encontraron a su obnubilado hijo que sonreía al sol. –Ten, ponte esto, te hará bien-. El chico obedeció y desde ese día llevó ese extraño artilugio gemelo que le evitó quemaduras en los ojos y permitió que su amor y veneración hacia el Sol durase años y más años. Tantos años pasaron de esto que se ha perdido de la memoria colectiva el momento exacto en que ocurrió, pero sea en el año que fuere lo que es seguro es que ese fue el verdaderamente nacimiento y origen de las gafas de sol. Ahora muchos enamorados las llevan sin saber qué aman realmente.

Texto agregado el 13-11-2005, y leído por 482 visitantes. (14 votos)


Lectores Opinan
20-02-2006 Me encantaron los personajes, y la manera de narrarlo. Pero creo que me falta algo para poder apreciarlo, lo siento con poco peso , trivial, aunque esa definitivamente es una inquietud mía y no te responsabilizo. Voy a seguir leyendo, ando curioso y por acá siento buenas vibraciones. Saludos! Sandi
01-12-2005 yo pensaba que las inventó un voayeur playero.Bueno, gracias por tenernos informados.Saludos! darken
28-11-2005 exelente***** cretino
23-11-2005 Me encanta la manera como me mantuviste atado a la historia. Me encanta la capacidad de sorpresa del personaje te hace sentir feliz de ver el sol. Y lo que queda entre líneas es mucho mas de lo que las 617 palabras pueden expresar. ***** ArsMagna
23-11-2005 ajja buenísimo ***** lagunita
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