Ya extraño el verano. Mierda, ya lo estoy extrañando y el verano fue ayer, uno se pone melancólico cuando viejo.
Y de repente loo esté extrañando porque me acuerdo de ti, que me venías a visitar todos los días, de repente no tanto como me gustaría que hubieras venido, pero si no te hubiera llegado a extrañar de seguro no disfrutaría de cada vez que vienes. Entiende que te cueste muchísimo verme así, pero déjame ser un poco egoísta y quererte para mí una tarde entera, por lo menos una tarde entera.
La lluvia golpea la ventana violentamente, solo para derramarse en lágrimas que corren hacia el suelo, así como cuando sin ninguna explicación todos tus sentimientos explotan enfrente mío y se transforman en una gota salada que yo intento recoger con mi mano, solo para darme cuenta de que me es imposible.
Pero el verano estuvo divertido, lo que más me gustó de él (y esto tú lo sabes) es cómo te golpea el sol en la cara y te quita los años, los misterios y las pesadillas para dejarte así, completamente expuesto, nunca más transparente, y sos tú sentado al sol con seis años de vuelta, volviendo a esa inocencia primitiva que creías perdida hace mucho y que tan solo estaba esperando el momento correcto para salir.
Yo te veo y te escucho, no se si tú me ves hacerlo, me acuerdo de tus ojos la primera vez que me viste así, vi como tus ojos la primera vez que me viste así, vi como tus ojos lentamente cambiaron y se te hizo más complicado verme. Se te nota en cada músculo que estás peleando por seguir creyendo, y todavía tus ojos tienen ese brillo que alguna vez te mencioné como algo único y como aquello que demuestra que tienes esperanza hasta cuando esta es imposible de sostener.
Ya me están sacando de la ventana los malditos, pero quizás es lo mejor, la lluvia me pone melancólico, aunque quedar mirando una pared blanca tampoco ayuda, es como me pasaba antes con las hojas en blanco: me apresuraba a llenarlas con historias, con contenido, con vidas imposibles, todo lo que fuera necesario para evitar ver el vacío. Espero haber llenado tu corazón también.
Bueno, definitivamente están bondadosos hoy porque me encuentro enfrente a un televisor, aunque de verdad no me importa lo que está pasando en la pantalla, te reconozco que me entretiene, pero me parece una gran historia de ficción, si hasta el informativo me parece ficción, detesto cuando a la vida te la cuentan en vez de que a la vida te la vivan.
Por lo que veo en la tele, hoy estamos a un año de lo que sucedió, es curioso cómo pasa el tiempo, eso significa que éste es el primer verano que pasamos en estas condiciones. No te creas que no lo disfruté, pero me gustaría pasar otro verano como los que pasábamos antes.
Tu hermano no se hizo nada, ese chico nació con suerte y lo sabe, yo apenas pude nacer y sobrevivir hasta mi independencia, pero siempre me creí más cercano a tu hermano que a mi mismo, curioso como la vida te demuestra que al final sigues siendo tan solo tu mismo.
El accidente fue terrible, todo por esquivar a un conductor borracho que venía de frente, nos fuimos a la calzada y no pude controlar el auto, se me fue la vida en ese momento.
Espero que tu hermano esté bien, me visita cada vez menos pero sabe que estoy acá cuando me necesite.
Me acuerdo del esfuerzo de los médicos, pero yo sabía que no había nada que pudieran hacer, o de repente me rendí demasiado rápido, a pesar de que escuchaba una voz que me gritaba no pude moverme para ver quién era, no pude encontrar esa voz. Hay veces que me despierto en el medio de la noche buscándola, pero no puedo hacer nada.
El tiempo pasa rápido, pero la memoria sigue viva, veo todavía las luces de la ambulancia, los paramédicos que venían a cumplir su rutina, tu hermano girando, el auto girando, mi vida girando, el árbol contra el cual finalmente nos estrellamos, y esa gota de calor rojo que amenazaba con taparme los ojos para siempre, finalmente parada por el viento que entraba por el parabrisas roto.
No guardo rencor alguno al animal que venía borracho por la carretera, bastante tiene con vivir con sí mismo, solo espero que no me esperes, que sigas con tu vida, y que recuerdes como era el sonido de mi voz.
Solo no pierdas la costumbre de venir a visitarme en verano, sino te voy a extrañar demasiado, porque uno se pone melancólico cuando viejo.
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