Arreglada con esa ropa que toda mujer sabe que le sienta "como anillo al dedo" (y si es un diamante mejor), maquillada para que se fije en mis ojos y desee mis labios, con el pelo suelto, sin ataduras, al natural... Y esperando en el restaurante a que llegue él.
No es ni guapo, ni feo. Ni alto, ni bajo... Es él. No esta muy arreglado, pero tampoco desaliñado, ni muy perfumado, ni con su olor masculino... Esta siendo él.
Y yo jugueteando nerviosa con mi anillo diciendome: "Vales tu peso en oro, y nena estas llena de curvas".
Buena conversación, excelente comida y un ambiente bastante bueno y relajado.
El postre ese momento en el que podemos y debemos decidir el da ese paso... ¿Me gustas?, ¿Siento mariposas?... Pero sobre todo, ¿Hay que decir comiendo algo dulce, Te quiero?
¿Debemos endulzar aun mas ese momento?... Asi que con mi vestido, mi anillo y mi maquillaje coji su mano, y con el sabor de la tarta de fresas en mi boca, forme las palabras más dulces: Te Quiero...
Mi duda es... Si abandono ese plus de dulzura...¿Sera y sonará igual?. |