Mi despertar al sueño comienza a las 6 de la mañana, cuando los rayos de luz se filtran por la ventana y me acarician la cara. Me levanto y vuelo por el departamento buscando en los recovecos mis cosas que aún no veo…Encontré restos de mi cuerpo sobre la mesa, mis ojos tirados en el piso encandilados por la mañana. Recojo mi pelo ovillado bajo la cama… me asomo al balcón y distingo mis piernas colgando de las ramas de un árbol que han saltado por la ventana tratando de escapar por la madrugada…
Mientras preparo el desayuno, pegado en el borde de la taza están mis labios… los coloco en su lugar pero igual no puedo hablar… Caminando por la calle escucho mi voz cantar, intentando imitar a un Zorzal… le hago señas y ella planea con el impulso de una brisa hasta mi garganta…
Juntos salimos a dar vueltas por este mundo de sueños, acompañado por la flor más bella… Todos los días paseamos por senderos de amor y pasión, mezclas de aventuras y de dolor… el fuego arde, dulce como el nectar, pero no se consume… se mantiene. Noches de calor, llamas de amor, danzamos juntos, somos uno los dos…
El sol salió y nos encontró enredados en las sábanas; nos levantamos, nos miramos profundamente, nos besamos y nos estrechamos en un abrazo lleno de ternura, de amor… otra mirada, un adiós… uno de esos que indica que volveremos a vernos en otra ocasión…