Deja caer tu cabeza, y mira el mundo a tus pies.
¿Cuándo se encenderá aquel,
fuego ardiente de caridad,
sobre tu gente que tanto te reclama?
Es que nuestros corazones,
creen por fe, mas no por razón.
¿Porqué esperamos tantos milagros?
No hay esplendor en la luz divina,
no hay amor en Dios.
Que acaso..¿no te bastan nuestros homenajes?
¡Dios!
Si es que existes, si me haz de recordar;
sólo escúchame:
¡Mira!, a los infortunados pueblos,
que gimen después de tanto tiempo,
en las tinieblas del error.
¿Cómo puedes castigar a tus propios hijos,
con el mismo infierno?
Nosotros, tan deseoso de agradarte,
y tú, nos pagas con esto.
Nos conviertes en enemigos de tu iglesia,
y nos humillas con la confesión.
Con tu auxilio, nunca llegaremos a ser puros,
pues tu ambición, nos colma nuevamente de pecados.
Y nosotros, venimos a ofrecerte,
obsequios que colocamos a tus pies.
No somos mas que tus sirvientes,
y nuestros esfuerzos no valen la pena.
Es que hay demasiado Paraíso en nuestras mentes.
Es en vano soñarcon tu nombre,
con tu caridad, con tu humildad, o con tu piedad.
Acaso un Dios ¿dejaría morir a sus hijos?
o ¿les daría a ellos, el lujo de la pobreza?
atte. .:: + ( ( A n t o ) )
* Esta es nada mas y nada menos que una carta muy personal, para aquel Dios.
Aquí también va explícita, mi crítica de los hombres para con él.
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