Mis pequeños ojos
mis cejas selvaticas
mis temores.
La brevisima sustancia de esta ciudad
la drogadicta periferia.
Mi mano izquierda
la esperanza
la poquita fe.
No tengo otra patria.
La soledad deslizante y trepadora
la exquisita tristeza,
los días de invierno
las lecturas sin tiempo.
El alma desgastada.
el amargo sabor en la boca con resquicios
de tabaco fresco.
No existo en otra realidad.
Esta es la mía, la de la eterna nostalgia
la de andar sin voltear a los lados,
la de no ocuparme de las cosas vanas.
No tengo otra patria, ni quiero tenerla
en esta hay la suficiente porción de poesía.
Y esto es precisamente lo que me envuelve
lo que me embelesa, lo que me alimenta.
Mi patria son los versos libres, en donde descansan
las nostalgias acumuladas de tantas vidas.
Mi tierra es la del eterno dilema del verso inconcluso
la del poema que no termina.
Mi patria es el viejo bolígrafo y la pequeña hoja blanca
manchada de café.
11/11/05
Texto agregado el 11-11-2005, y leído por 106
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
11-11-2005
Muy bella y profunda tu patria, me gusta!! Besos y mis estrellas!!! _LUNA_
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