Me seguías de plomo caminando sobre el largo río:
me mirabas hundiendo tu pecho en mi rostro.
Me veías quieto y solitario en la selva obscura.
Rompías el silencio de la montaña parlante;
la veías a ella también, con tus ojos hipnotizados
y tu boca escupiendo fuego de perlas.
Tu fuego consumió mis propias llamas
y me convertí en infinitas cenizas negras.-
Texto agregado el 11-11-2005, y leído por 298
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y renacerás como el Ave Fénix de las cenizas para comsumar ese amor....
Excelente poema
Saludos....................................................... Dora.................................. MujerSol
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