Y dicho esto, la reina de las amazonas ordena llenar
nuevamente las jarras con el néctar del vino para que
todas las presentes brinden en honor a la juvenil deidad
. Por su parte, Afrodita es una de las primeras en
brindar por ella misma llevando a sus finos labios el
rojizo líquido espirituoso. Luego de beber, la joven
diosa siente la dicha florecer en su corazón y
sobrepasando la autoridad de Talestris, ordena a las
amazonas artistas :

- Vamos amazonas, tocad música, dejad volar a la brisa nocturna vuestros sonoros y armoniosos ritmos, que os escuchen las estrellas y los dioses del Olimpo, que el torbellino de vuestros instrumentos pongan alas a nuestros pies y dancemos hasta envolver nuestro corazón en el giro embriagador de nuestros cuerpos.

Venid, Alnilam, Mintaka .Alnitak, unamos nuestras manos para entrelazarnos al placer de la danza.

Talestris sonríe y da la orden a sus compañeras
artísticas para que brinden música a la diosa seducida
por las costumbres y placeres tan propios de los
mortales. Igualmente aprueba que sus hermanas menores acudan a danzar junto a la bella deidad para guiarla por los delicados senderos del baile. Afrodita está embrujada por la belleza de la noche, la magia de la música, el encanto del baile, el orgullo de su origen
divino y cierra sus ojos para ver los fulgores de una
luz tenue y maravillosa que se ha encendido dentro de
su alma juvenil. Y así transcurre parte de la noche
hasta el momento en que la diosa cae rendida bajo los efectos de tan asombrosos acontecimientos. En vano las jóvenes custodias de Afrodita intentan reanimarla, la diosa se ha sumido en un profundo e instantáneo sueño.
Ante lo sucedido, Talestris ordena a sus hermanas:

- Vaya, la hija de Zeus ha sucumbido ante la música y
el néctar del fruto de la vid. Por cierto os digo a
todas vosotras que el vino sublima a algunas personas
mas a otras derriba al suelo. Está bien hermanas,
llevad a vuestra diosa para que duerma en paz y vigilad su descanso.
- Sí Talestris - contesta obedeciendo Mintaka - mas
debo decir que Afrodita es un fastidio, ya la hemos
llevado a descansar tres veces; primero se desmayó por aquella saeta que cerca de su cuerpo pasó, luego por que su apetito la llevó a comer en demasía y ahora por que ha sido víctima de vuestro vino. Que los dioses del Olimpo nos asistan.
- Vamos Mintaka, - agrega Talestris - que Zeus os
recompensará por haber servido a su bella hija que de
seguro desposará con Dionisio. Id de una buena vez.