La soledad convierte mis brazos en víboras, que al momento de sentir tu calor te abrazan, y serás presa fácil para el amor.
Te tapiso con mi piel de pies a cabeza, y encontramos la mejor posición para la guerra.
las circunstancias te impiden gritar y sudas el calor del llanto.
Transpiras la felicidad que te da el canto de la copa de los árboles.
Intercalamos la guerra con el amor y se transforma en besos, pellizcos y mordidas.

Termina la guerra (en sana paz).
Recargo mi cabeza en tu firme abdomen, mientras recuerdo el siguiente escrito que te haré.
Hoy hay lluvia de estrellas, tengo listo mi frasco para cachar una y regalartela ( sería un pequeño detalle).
Cuatro cerdos se ríen de mi cara de enamorado.
Enamorado de tus ojos, tu nariz, tu boca y tus lunares que forman la vía láctea humana.

Cangrejos atravezando el horizonte pellizcan tus pesones hermosos con sus tenazas, yo alguna vez acostumbrado a momentos de amargura, hoy contigo disfruto todos los mometos.

El momento que sufro de insomnio en mi siesta.
El velorio de la tìa Chofi, la cabalgata a ninguna parte, el momento de acariciarte, ese lo guardo.
El canto de los peces te descubre y muestras tu vanidad impecable
dos caricias y un beso son igual a catorce kilates de felicidad a tu lado.

Aguanto la mordida de una víbora, pero no soporto tu mirada triste cuando estamos observando la estrellas encima del caparazón de una tortuga plateada.
La manada de gallos me pisotean pero tengo la esperanza de encontrarte durante nueve vidas para iniciar otra guerra de cuerpos mojados.

Para: K.A.B.G