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Una Segunda Oportunidad

Se despertó aturdido, tirado al lado de un pedazo de soga y una silla tumbada, con un gran dolor en el cuello y una quemada. Se trató de parar pero se sintió mareado, así que decidió estarse un rato más sobre el piso frío, yaciendo sobre el comenzó a recordar como había llegado hasta allí, de este modo se acordó que había estado deprimido debido a su ultimo y más grande fracaso amoroso.

Recordó que todo era debido a Carolina su ultima novia y la persona con quien el pensaba que pasaría el resto de su vida. Tan fuertemente creía en ello que se había propuesto pedirle matrimonio, hasta había comprado el anillo de compromiso. Dicho anillo era de oro 18 con un pequeño brillante, algo costoso para su ajustado presupuesto, pero eso no importaba ya que Carolina se merecía eso y más, de hecho el pensaba que todo lo que le pudiese dar era poco para ella.

Es que Carolina no era solo bella, era además inteligente, bondadosa, compresible, con una gran sensibilidad tanto artística como social, en conclusión todo lo que el ó cualquier otro hombre podría desear.

Con la firme idea de hacer su propuesta en mente, la llamó un día y le dijo que se vieran esa tarde luego de que cada quien saliese del trabajo, en el café que solían frecuentar, ella aceptó y conforme a lo planeado se encontraron.

Estuvieron charlando durante un buen rato, el tomó un par de cervezas para animarse. Cuando llegó el momento, el se encontraba muy nervioso, las manos le sudaban y sentía un nudo en la garganta, por un breve instante la pareja hizo silencio, en ese momento el tomó una bocanada de aire y juntó todas sus fuerzas, y al tiempo en que sacaba de uno de sus bolsillos le dijo: “¿te casarías conmigo?” el rostro de ella hizo una mueca de sorpresa y cambió de colores, pero de su boca salió un “NO”, el sintió como se partía su corazón y se paró de la mesa sin esperar explicación alguna.

Al marcharse del lugar no quiso saber de nada ni de nadie, entonces desconecto su teléfono, apagó el celular y desarmó su computadora, una vez hecho esto y como es normal cayó en una depresión, debido a la cual abandonó su trabajo y dejó de ver a sus amigos.

También recordó la decisión de suicidarse, la cual hasta ese momento estaba resuelto a cumplir, recordó como había buscado por toda la casa la cuerda vieja se ahorcaría.

A su memoria llegó también el recuerdo de cómo la había atado fuertemente a una de las vigas que sostenían el techo y como se la puso en el cuello y como le dio un puntapié a la silla donde estaba subido.

Recordó como las imágenes de los momentos más alegres y más significativos de su vida pasaban por su cabeza y lo más importante recordaba lo estúpido de la decisión que había tomado y como había pensado en que si dios le daba una oportunidad viviría de otra forma su vida, también de cómo pensó que ya era muy tarde y que los pataleos que daba solo conseguían asfixiarlo más.

Lo que el no recordaba –ni siquiera supo- fue que por obra de el destino, dios, la providencia ó como quieran llamarlo en el momento en que su cuerpo inconsciente dejó de patalear la cuerda falló.


Texto agregado el 11-11-2005, y leído por 142 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
18-11-2005 Me gustó cuando_nieva_sobre_los_cedros
11-11-2005 La narracion es apreciable, el hecho, el suceso de un suicidio frustrado como tema tambien lo es. cvargas
 
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