¡Estoy hasta la coronilla!
¿Porqué dices eso?
Porque me tocas la rodilla.
¿Acaso no te gusta?
No, si lo haces a lo bruto.
Y ahora... ¿te gusta?
¡Harás suelte un exabrupto!
¿Porqué razón?
Por dar en lo más sensible.
¡Qué torpe confusión!
¿Confusión…? ¡Bien creible!
Texto agregado el 10-11-2005, y leído por 120
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Lectores Opinan
11-11-2005
Creo que el segundo toque fue mejor gracias a la confusión. joaqledo