Empezaba a tejerse un laberinto
en mi mente, paredes de luz,
y sombras en tonos rojizos
danzaban purificando la creación...

Un humo azul que tocaba el alma,
se entumía el cuerpo al respirar.
El olor a incienso agrio llenaba la habitación,
¿muerte... por que tardaste tanto?

Ya no hay fríos, tampoco miedos
que me abrasen temblorosos,
la neurosis escapo, se desprendió
al cerrarse la puerta detrás de mi.

Que noche tan oscura hace aquí,
no hay estrellas, la tarde de hace rato
se convirtió en un triste recuerdo
ausente y persistente en mi memoria.

¿A donde voy, hacia que mundos
me dirijo?...
el camino ni es amarillo
ni hay espejos reflejando Alicias.

Solo quedo esa sensación de volar
y un nuevo deseo de cruzar el mar
flotando como las nubes que buscan
un rincón de la Tierra para llorar...