Un recuerdo ambiguo llega desde la infancia. Una tierra que me huele a latitudes lejanas. Sin quererlo, vivo confinada en tierras extrañas: ¿una imposición que adoro? No he de saberlo, pero a veces llega una nostalgia desconocida. La ciudad grande del Norte me asume implacablemente y no conozco mas que Collins Avenue, Miami Beach y el Convention Center. Pero se que algun dia me hablaron de Isla Margarita, y anduve en la fantasía de indagar, buscar y viajar imaginariamente. ¿Qué habrá allá? Creo que otra identidad me retiene en las cálidas playas de esta gran urbe en que se cruzan la hispanidad y el mundo anglosajón sin más consecuencias que un romper la memoria y vivir de retornos utópicos, y sentir que en alrededor de mí, aun hay miradas que me leen como extraña. Quién sabe si alguna vez vuelva a habitarte.