Aquí y hoy,
como un ladrón de fantasías,
con la vergüenza de la edad,
y la bravura que da el sentimiento,
en este presente distinto
a como quisiera que fuera,
sin querer mentirte
en un mundo de mentiras,
sin saber como explicarte
con tanto por decirte,
quiero regalarte en este día
mis tesoros más valiosos y secretos:
la planta del rincón de mi escritorio,
única conocedora de mis sueños inventados
de los que charlamos furtivamente
en mi horario de trabajo,
los garabatos de todas mis reuniones
que en idioma de ilusiones
esconden tu recuerdo cada tres palabras,
los rincones más profundos mi memoria
que guardan grabados
en el color de tu color
las imágenes que más me alegran:
la magia de tu rostro
cuando plena de sonrisa
estallas en tu alegría adolescente,
el sortilegio de tus manos
cada vez que tiemblan y se mueven
si te invade la emoción,
el encantamiento de tus ojos
que siempre dicen lo que las palabras
no pueden ni alcanzan a decir.
Además te regalo,
mis anteojos especiales
para que siempre me encuentres,
el talento que no tengo
para contarte lo que siento,
y todas las sensaciones de paz
que este otoño le robé al viento,
lo vivido
y lo que me queda por vivir,
que ya te pertenece,
el pedazo chiquito
que guardo de mi corazón,
para que lo tengas completo,
ya que el pedazo grande
te lo llevaste el día que naciste,
los momentos breves
de intensa felicidad
porque en mucho te los debo a vos.
Y te regalo, porque pronto será invierno,
este espacio que hay en mi abrazo,
junto al pecho que calienta
y alimenta los anhelos,
que es el lugar más tierno de mi cuerpo,
y que desde siempre
tuve guardado para vos. |