Dulce muerte y querida a las que todos temen y tu sin parar cada día vas de alma en alma. Son muy grandes mis penas son muy grandes mis tristezas es grande mi sufrimiento que ya no quiero vivir. Yo no te temo por que mi conciencia está limpia yo no debo nada a la vida así que ven por mí. Yo no espero un amanecer yo no espero un despertar yo lo único que espero es a tí muerte dulce y pacífica.
Texto agregado el 10-11-2005, y leído por 110 visitantes. (3 votos)