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El crimen

Lo despertaron unas voces conocidas, desde afuera, se despabiló e intentó recordar desde cuando dormía, ¿cómo había llegado a esa habitación? inmensa, agradable, cálida.
Estaba desparramado, completamente desnudo, en una cama de agua, trató en vano de vencer su amnesia, su pasado era un vacío total, una página en blanco.
Las voces, nuevamente, como un susurro, forzaron su curiosidad, agudizó su oído y escuchó que algo raro tramaban:

- Nadie se dará cuenta si lo hacemos, yo conozco un tipo que puede encargarse de eso -

Un sollozo atravesó las paredes.. - Tengo miedo, no me animo, no podemos hacerle esto, está indefenso... -

- No te preocupes, todo será muy rápido, no quedará ningún rastro, el tipo no sabe ni quienes somos, le pagamos y desaparecemos... si no lo hacemos se nos complica todo, no podemos permitir que nos joda la vida... -

El silencio borró las voces y se adueñó del momento, buscó con desesperación por donde mirar hacia afuera, fue en vano, la habitación parecía una celda hermética, trató de no hacer ruido, para oír algo más, pero sólo un retumbar rítmico, acelerado, como el de un gran bombo, lo aturdió por un largo rato... ¿dónde estaba? ... intentó gritar... ni un sonido, ni una palabra brotaba de su garganta... ¿estaba soñando?... trató de ordenar sus ideas... los recuerdos le jugaban a las escondidas, y cansado de escudriñar su cerebro se dejó dormir, abrazado por el confort de la cama.

Al cabo de unas horas, despertó sobresaltado, cuando una luz potente, enceguecedora, se coló por una puerta que se abría lenta y silenciosa, un monstruo gigantesco, plateado, metió sus esqueléticas mandíbulas, enormes como las de un dinosaurio y de un sorpresivo tarascón desgarró el colchón, y una correntada ganó la puerta.
Invadido por un pánico incontrolable, vió a las mandíbulas hambrientas abrirse nuevamente, desesperado se arrinconó a una pared lateral y esquivó la dentellada. El monstruo enfurecido arremetió lanzando un mordisco, que le aprisionó una pierna como un voraz tiburón y con fuerza diabólica tiró hacia la puerta. Deseó gritar, pero solo un sordo lamento de dolor, en burbujas, salió de su boca llena de líquido y sangre.
Con las pocas fuerzas que le quedaban, clavó sus dedos en el piso pastoso, arrastrándose como un gusano herido para evitar ser tragado, pero su pierna se desprendió de cuajo, como un árbol arrancado de raíz, llenándolo de vacio y salpicando de sangre y gemidos la habitación... ávido de morirse, lívido, agonizante, al borde de desmayarse sintió que un guadañazo, de dulce filo, como una hoja de afeitar, se le metía, frío, entre las costi-
llas, rasgándole de lado a lado su carne y sus entrañas. Su pecho, como volcán en erupción, vomitó vísceras en un rojo torrente... una milésima
de sufrimiento eterno, cruel, insoportable, despedía a su conciencia... y... al fin la calma, la levedad total.

Entre ruidos metálicos, como por magia, transformado en un angel pequeñito, blanco inmaculado, casi transparente trepó por el aire y se elevó sutil, hasta sentarse en una nube blanquísima, propiedad de los ángeles sin nombre.

Sin entender nada, casi congelado por el frío, ve que una hermosa adolescente, pálida, con su cabeza gacha, abandona presurosa, el mismo lugar donde él había estado, una lujosa casa, y se interna en la penumbra de la noche.
En la esquina, la sombra de un árbol envuelve la espera de un hombre, que impaciente siembra de colillas la vereda, al verla llegar, un cigarrillo recién encendido chisporrotea en el piso...

- ¿Lo hiciste? - le pregunta, ansioso, tomándola de los brazos.

Ella asiente enmudecida, entre sollozos.

Le cubre las mejillas con sus manos y la besa tiernamente en la frente.....

- Ya pasó todo mi nena... ¿viste que sería rápido? .. en verdad estoy orgulloso de vos... ¡te quiero tanto!... tenés ganado el cielo por tu valentía... ahora podés volver a tu casa, diles que estuviste en la reunión de catequesis... no pensés más en esto, hiciste lo debido... -

Desilusionada, esboza con esfuerzo una triste sonrisa, ¡estaba perdidamente enamorada!
El destino le cobró un alto precio por haber ganado la apuesta de seducir al joven profesor de Teología, hecha cinco meses atrás con sus compañeras del colegio.
Nunca se imaginó que sería capaz de tanto por complacerlo. Es que en sus apasionados encuentros, aderezados por el riesgo, él, como nadie, hacía florecer sus emociones y sus ilusiones. Nunca pudo, ni quiso, tomar las precauciones, recomendadas tantas veces por sus padres.

Abatida, recuesta su cabeza sobre el pecho de su amado, la rigidez de su garganta le impide contarle lo que había pasado, y prefiere callarse.
Cierra sus ojos y sensibiliza sus sentidos para gozar de, tal vez, la última caricia que ahora enmaraña su pelo.

Tal como suponía, la aturden las palabras, que no quería oír:
- ¡Estoy muy confundido! debemos dejar de vernos - mientras la separa de sí delicadamente - Nadie debe saber de lo nuestro, debes rehacer tu vida, andá a descansar, estarás mas tranquila si te confiesas el domingo, yo estaré en el confesionario... antes de oficiar la misa -

Apesadumbrada se aleja caminando lenta, mientras acaricia su panza... ¡que ilusa! haber pensado que el mejor regalo para el día del padre... era darle esa noticia.

A la vez de desamparo, siente una íntima alegría, con orgullo arquea hacia atrás su espalda y adelanta su ombligo para lucir el incipiente bulto que cobija a su hijo, ¡sólo de ella! que antes con temor escondía. No volverá nunca más a esa iglesia y el domingo no confesará su único pecado: el de haberle mentido.

Por suerte, unos segundos antes de entrar a hacerse el aborto, se cruzó con esa mujer que tardíamente arrepentida y con profunda pena por lo que acababa de hacer, la convenció para que no hiciera lo mismo. Esa mujer que alzando su mirada, pedía perdón a su hijo y prometía cobijarlo en su corazón hasta el reencuentro.

Desde el limbo, el pequeño ángel, entre miles, aceptaba su destino, estaba orgulloso de su mamá, valoraba su sincero arrepentimiento y más aún el haber impedido que a otro niño le pasara lo mismo.

Yose

Texto agregado el 09-11-2005, y leído por 166 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
11-01-2006 Excelente me gustó y me sorprendió. jaenbota
16-11-2005 Me encantó!!! honeyrocio
 
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