Alevosamente,
por amor al arte,
reconstruyes trampas
para los restos de mi piel.
Las márgenes
inconquistables de tu cuerpo
no descansan verdades
ni reconocen remansos,
... lagunas de paz.
(Una amarga sensación
me desarma el sueño;
una irrefutable señal
me sobrecoge.)
Congelarás tu mirada.
El balido de tu voz
desnudará su aullido.
Te lavarás las manos
nuevamente,
afilarás a sabiendas,
tus palabras
y sediento de sangre,
volverás a la carga
con la pretensión
del triunfo asegurado.