Piedras que sollozan cenizas,
Las hojas videntes transpiran de tanto observar.

Cartílagos terrestres que atrapan sombras,
Mi ambivalencia muda
se incrusta en las grietas
Y me poso en sus hombros,
En los frondosos hombros de mi alcoba.

La nombrada soledad congela capilares
El reloj se detiene en mis ojos
La córnea fría observa,
Un bombo en el vacío
Golpes transeúntes en los huesos.

La infinita caída en círculo
El recurrente dolorramificando sus heridas
La inerte reacción traspapelada.

Clausuro puertas por necesidad de otras.
El grito liberador ajeno a mi silenciosa voz.
La combinación de artes volando sin nave.

Paseabamos con el frío humedo descalzo
Paseo por nuestro humedo frío,
Me ahogo en palabras e intencionesy las sogas me estrangulan lentamente...
Mientras sangro por el lápiz
Respiro por la tinta
Y el pulso disfrasa el alma
La viste de una decorada misión.

La escala sin rumbo
Por los atletas disparos concientes.

Es una noche más
extraño mi tibio refugio
Me espantan las amadas voces
El tormento delirante y sabroso.

Es una noche más
la inevitable inspiración desalentada
sin boca
lengua
saliva
con manos envueltas de aire y suspiros .

Una noche más
culminada en la última letra.