En tus miedos te dormiste y tan dulce despertaste. Como todas tus mañanas sin pensar te incorporaste. Y buscaste en tus cajones, y en olvidados rincones. Como todas tus mañanas solo hallabas frustraciones. Y así pasan tus abriles, entre amargos y febriles. Como todas tus mañanas tus angustias ya son miles.
Texto agregado el 08-11-2005, y leído por 296 visitantes. (5 votos)