Era como si le siguiera, él estaba allí de nuevo, frente a ella, tocando sus teclas blancas y negras.
Su melodía sonando fuerte, tan fuerte que ella las podía sentir retumbando en sus oídos, en su estomago y hasta en su vientre.
Cerro sus ojos para disimular tanto encanto, pero la pasión que el pianista le despierta hace que su imaginación vuele.
Comenzó a sentir que las notas recorrían cada poro de su cuerpo... do – re – mi – fa – sol – la si ... Si – Si – Si. Estaba llegando muy lejos, lo supo cuando su sexo comenzó a latir, abrió sus ojos y salió corriendo del aquel lugar, pues el pianista estaba a punto de tocar un do final , y ella... ella a punto de estallar.
Diablos!!! - Exclamo al cruzarse en el pasillo con el hombre que alguna vez, al igual que el pianista a sus teclas, había soñado le tocara su cuerpo de pies a cabeza.
Ayyyy, pensaba mientras se alejaba : "Como recuerdo aquellos momentos, lejana calidez, ardiente fuego."; El la ignoro en todo momento, mientras ella le observaba desde lejos.
Llego al baño intentando no prestar atención a ese sentimiento. Se detuvo frente al espejo, pudiendo apreciar a una chica, una joven de ojos claros y serenos; Cálido reflejo en el espejo que le hacia saber que ya era toda una mujer... Mujer apasionada y atrevida.
Mujer alegre de experimentar un orgasmo mientras EL PIANISTA toca el piano.
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