Autodidacta Vida
“La lagartija civilizada”
Desde mi a veces tímido, otras creativo decir, voy a traducir sensaciones y emociones a esta historia……
Érase una vez una lagartija que vivía en un recinto de espacios verdes reducidos, ella desconocía la pequeñez de su mundo, creía que ese jardín de una residencia de barrio de una familia clase media tipo; era suficiente para pasar toda su existencia y quizás lo era. Su función vital consistía en proveerse el alimento y defenderse de los ataques de la especie más maravillosa y a la vez más depredadora, capaz de protagonizar los hitos más sublimes y los episodios bélicos históricos por siglos. Por supuesto me refiero a la especie en extinción: la humana.
Esta lagartija llamada SOS imprevistamente subió al vehículo de sus instintos y se trasladó al zoológico, allí conoció otros horizontes, se expandieron sus objetivos y el mito de la supervivencia se hizo real; creció en tamaño y expectativas, conoció una gran cantidad de amigos que les trasmitieron sus vivencias y compartieron alegrías y también el misterio de sus salvajes vidas.
La Jirafa le preguntó sorprendida qué se siente ser tan escurridiza, lo mismo que sientes tu amiga al ser tan visible, con la diferencia de que yo ejecuto la estrategia del paraguas, me abro a los agentes externos, tu no puedes así que debes incorporarlos al icono del destino y resistir o asimilar sus beneficios.
También los vegetales se multiplicaron en ese nuevo lugar. Allí, No le han faltado los alimentos más nutritivos.
Y pasó el tiempo y SOS formó su propia familia de reptiles, y se hizo escamosa, más, mucho más que de costumbre.
El aumento de sabiduría fue directamente proporcional a su deterioro físico. Y ya sus reflejos no fueron tan buenos que cayó en manos de estudiantes de veterinaria, quienes la atraparon diciendo algo así como; “que hermosa especie de lagarto en el final de su ciclo. Sus tatara tatara tatara abuelos ancestrales; inicio de su especie: los dinosaurios. Se transmutaron en ellas; las lagartijas, nuestra Sos es el final de la cadena.
SOS se convirtió en una muestra de laboratorio, o lo que es peor de exhibición, y hoy reposa en el Museo Arqueológico y Serpentario de Mendoza (Arg)
Bueno por lo menos fue a parar a la Provincia Vitivinícola por excelencia luego de San Juan. Y con un índice de estudiantes universitarios y profesionales más alto del país. En fin SOS, será la lagartija más conocida; e ilustrará las páginas de numerosos alumnos y la observarán desconociendo que extraña historia la transitó, sólo para aquellos que deduzcan por los rastros que la marcaron ella será alguien más que sólo esa imagen.
Quizás, sólo quizás, la niña que le colocaba ese piolín en el cuello cuando jugaba en el jardín de su casa en su alejada infancia, la reconozca al ver todavía la cicatriz.
Quizás, esa niña soy yo. Quizás sólo quizás, su característico movimiento me volverá a erizar la piel cada vez que se presente ante mí, su recuerdo.
MariaSemhan
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