A veces se desea que dos y dos pueda no ser cuatro, pero ¿Cómo?: Siendo capaz de capturar la psique de la gente. Mal, muy mal: no para enseñarles que dos y dos son cuatro sino para aprender que dos y dos puede no ser cuatro, o no ser cuatro siempre, no todo el tiempo, quizá. Pero ¿Cómo?: Aprendiendo un nuevo lenguaje, códigos provenientes de distinta gente, como un lento abecedario.
Hay que desistir estudiar caso por caso y, aunque no esté en el itinerario, la experiencia nos hala de las orejas para que nos fijemos finalmente que hay un idioma común entre los distintos casos. Un rompecabezas digno de ser armado, una nueva tesis psicológica que nos ayude a descifrar los abismos ontológicos.
Uno se vuelve loco cuando descubre que la mayoría de los locos habla las mismas cosas ¿Cómo reaccionar ante ello? ¿Me convertiré en un nuevo inquisidor listo a condenar herejes? La farmacia vive de ello. No debería la ciencia servirse de ello. Recuerdo a Ramón "¿Qué quieres tú?" - pregunté yo - "Ser escuchado". Guardar un profundo silencio, no desviar el cause del río para darme la razón, para intuir en alguien sincero un futuro de farmacia, de neuronas bloqueadas en la tonticie y, en la muerte, le maquillen una sonrisa lista para el retrato de familia. Después de "Ser escuchado" ocurrió el silencio más largo de toda mi carrera, lo dejé ser así, lo permití. Después del silencio: "¿Te permití ser escuchado?" - "Plenamente, Doctor". Vaya: ¡Un amigo en un paciente!. Cuanta paciencia con nosotros han de tener. Otro: "¿Qué fue lo que te pasó a ti?" - "Bueno, en un principio nací, Doctor" - Fue el segundo silencio más largo de toda mi carrera, escuchaba él heavy Metal, creo que se escribe así. Ninguno de mis pacientes se ha suicidado. Soy yo quien sostiene un cuchillo, pero no estoy seguro de saber qué matar. En algunos casos el paciente soy yo.
Una sección de música, con David era así "¿Trajiste los discos?" (Él siempre hablaba de discos, decía que eran un milagro, que antes no era así, que antes no existían, que los únicos que antes traían voces guardadas eran los ventrílocuos y cosas así) Saliéndome del paréntesis: Ese era David, las secciones enteras consistían en escuchar música juntos, traída por él. Repetía sonidos, frases musicales, una y otra vez identificando armonías de "su época", las explicaba y armaba un mapa con un significado propio que intentaba traducir para mí con cierto esfuerzo. Creo que lo entendí: era un viajero en el tiempo, quizá era otra cosa o era más que eso, pero la música era para él como el mejor libro de historia. Uno más a quien lo intuido, la información se le relevaba a través de una pantalla mental, me felicité a mí mismo cuando desistí de luchar en contra de ellos. El más pesado que pude tener (David), aprendí algo de él y lo despedí, le hacía falta una chica, así de sencillo, eso era todo, una chica de carácter fuerte porque él también lo tenía, ¿La causa de la "locura"?: los prejuicios de la familia. Eso lo sabemos todos. A un chico con amigos lo creen homosexual. A un alma que se rebela, lo castigan. A quienes no comparten los prejuicios de la familia, los castigan. Tuve un caso de un chico que me lo trajeron ¿La causa? Había tenido una novia negra. La familia se encargó de eso, el chico entró en cólera, explotó y me lo trajeron. Resistencias al asesinato lo llamo yo, a la mayoría les espera la farmacia.
"Mi hijo fuma marihuana, Doctor" - "Envíenlo a Europa, allí no morirá por eso". Unas buenas vacaciones a Ámsterdam para toda la familia. Quizá así se den cuenta de que muchas de las cosas que se consideran como enfermedades son cuestiones de costumbres, de cultura.
Me enviaron a un chico ¿Causa?: Chavistas. Los envié a alfabetizar, chicos simpáticos, se divorciaron de la familia, eran todos mayores de edad, no hay problema al respecto. A los pequeños, mejor que unas pastillas, una buena literatura que los refresque del horror de la familia, de los prejuicios de casta, de los complejos compartidos de superioridad, del temor al otro, de la sospecha a lo distinto, del fastidio, del odio, del asco y del miedo... de las causas.
Dos y dos son cuatro, pero ¿Cómo?: Comprensión.
Todos buscan sentimientos, sentimientos auténticos. Todos. Algunos rechazan las artes porque les parece un absurdo, una especie de rendición, no buscarlos en la vida. Vagabundos.
Recuerdo una paciente que me señaló "Ustedes mataron a Pizarnik" - "Sí, nosotros matamos a Pizarnik" - "Y a Nietzsche" - dijo ella. "Sí, como no, también a Nietzsche" - "Y a Wilde" - dijo ella. "No a Wilde no. El punto de Wilde fue para la Ley" - "Ah". Chica guapa, furiosa, justa y entendedora.
Suficiente por esta noche. Buenas Noches.
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